El organismo humano por medio de un óvulo (célula germinal femenina) y un espermatozoide (célula germinal masculina) logra el maravilloso proceso de la reproducción.
Veamos cómo está constituido el sistema reproductor masculino que es dónde se producen los espermatozoides.
El sistema reproductor masculino está constituido por: dos testículos, dos epidídimos, dos conductos deferentes, dos vesículas seminales, dos conductos eyaculadores, una uretra, una próstata, dos glándulas bulbouretrales y el pene.
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Iniciemos precisamente en el órgano donde se producen las células masculinas que participan en la reproducción humana; los testículos. En el embrión los testículos se forman en el abdomen y durante la etapa fetal inician su descenso de tal manera que en el momento del nacimiento ya se ubican en el escroto, por fuera del cuerpo del bebé. Por ello cuando nace el varón, el pediatra revisa que se encuentren los dos testículos en el escroto.
El escroto es un saco de piel más oscura cubierta de vello y con gran cantidad de glándulas sebáceas (que producen sebo ó grasa). En la estructura del escroto, hay un músculo llamado dartos, que mantiene a los testículos a temperatura adecuada para llevar a cabo su función (producción de espermatozoides).