Primera revolución industrial

La industria textil fue la primera rama de la economía en la que se desarrolló la revolución.

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Las revoluciones industriales

Introducción

En general cuando nos referimos a la Revolución Industrial la dividimos en una serie de ciclos, porque cada período tuvo un inicio, desarrollo, saturación; que luego dio paso a un nuevo inicio o revolución. En este contexto, la Primera revolución industrial, que comenzó en el siglo XVIII y duró hasta más allá de mediados del siglo XIX, se caracterizó por la caldera de vapor y maquinaria cada vez más mecanizada para la producción de bienes en general ya conocidos. Esta primera etapa no precisó de elevados niveles de educación, se basó en una ciencia simple y conocida durante mucho tiempo; los inventos y las innovaciones podían ser llevados a cabo por individuos aislados, sin laboratorios particularmente equipados; pero sentó las bases para el amplio y explosivo desarrollo que se observó después.

La fabricación ya no se realizaba en el domicilio, como en la época preindustrial, sino en fábricas en las que era posible la división del trabajo y el uso de maquinaria especializada y de calderas de vapor cada vez más potentes.

Esto favoreció la concentración de la población y constituyó un poderoso factor de urbanización. Pero aún en estos años tempranos de una primera industrialización, las empresas seguían siendo pequeñas y dispersas; estaban bajo el control del propietario y no necesitaban de grandes capitales, salvo en el caso de los ferrocarriles. Este tipo de  empresa continuó predominando en Inglaterra y Francia, pero ello cambió con la Segunda revolución industrial.

Foto tomada de: Commons wikimedia

Densidad de la población europea alrededor de 1870

Una premisa de la Revolución industrial es el desarrollo de las ciencias naturales, la filosofía y las técnicas de producción, que formaron una triada creadora de las invenciones que produjeron máquinas, mejoras químicas y técnicas de producción. Sin embargo no fueron precisamente los científicos quienes dieron los primeros impulsos a la industrialización, sino varios artesanos ingeniosos o pensadores de alta inventiva aplicada a los problemas concretos que planteaban las necesidades prácticas de la producción.

Las condiciones previas para la Revolución industrial se pueden resumir en dos: un largo y sostenido desarrollo económico de Inglaterra y la toma del poder político por la burguesía durante el siglo XVII. Pronto fue notoria una revitalización de las fuerzas productivas, dado el efecto multiplicador consistente en que una introducción de mejoras en una rama productiva influya para que se lleven a cabo en otras relacionadas.

Densidad de la población europea alrededor de 1870

Señalemos el caso de la agricultura, donde se mejoraron las técnicas de cultivo, junto con la cría de ganado; y lo mismo sucedió con la minería y los transportes. Pero como los procesos económicos y en concreto los industriales estaban relacionados estrechamente, el desarrollo tecnológico no fue fácil, ya que una invención podría aumentar la producción en algún sector, manteniéndose atrasados los otros. Así, la industria más destacada era la textil.

Los hilanderos de lana y algodón, estaban tecnológicamente atrasados con respecto a los tejedores que producían más rápidamente, lo que se acentúo con las mejoras en los procesos de tejido, las cuales fueron aportadas por el sistema de lanzadera volante, descubierto por Kay en 1760 y que aumentó mucho la productividad en las tejedurías. Se llegó a tan crítica situación de que por un tejedor debía haber entre ocho y diez hiladores. Así, podemos ver que el mismo  proceso de producción estaba, de alguna manera, invocando la aparición de la máquina de hilar. Los experimentos de Wyatt, Paul, Arkwright, Heargreaves y Cromton, hicieron posible la máquina que aumentó la producción de hilo. Pero esto provocó desproporción en sentido inverso. El telar mecánico introducido a finales del siglo XVIII por Cartwright; logró por fin cierto equilibrio entre las dos ramas principales de la industria textil.

La industria textil fue la primera rama de la economía en la que se desarrolló la revolución. Se originó como un subproducto del comercio de ultramar que producía la materia prima o semielaborada. Durante muchos años Inglaterra desarrolló el intercambio de algodón a cambio de esclavos. Es decir, había un notorio desarrollo del comercio del algodón en manos de los ingleses: entre 1750 y 1769 la exportación de algodones por parte de Gran Bretaña aumentó más de diez veces.

Las industrias minera y siderúrgica fueron otras importantes ramas beneficiadas con la revolución industrial. En la industria minera no se trataba tanto de aumentar la producción sino de solucionar el problema de las inundaciones, que aumentaban conforme lo hacía la profundidad de las minas. Gracias a Watt se introdujeron las máquinas de vapor para desaguar las minas y con esto se aumentó sensiblemente la producción de la industria minera.

Foto tomada de: Wikimedia.org

Otro problema era la utilización de la madera como combustible, ya que al aumentar la producción creció el consumo de madera, a tal grado que se temió pronto por la deforestación. Entonces se pensó en el empleo del carbón de piedra (o fósil). Derby había descubierto en 1735 un procedimiento para el empleo de carbón fósil (mineral) en la fusión del hierro, pero tuvo que pasar aún medio siglo antes de que dicho procedimiento se perfeccionara lo suficiente como para ser utilizado ampliamente en la industria. En el interior de las minas se desarrolló lo que posteriormente será la invención de la máquina de locomoción a vapor: la locomotora inventada por George Stephenson. Resulta que las máquinas sobre rieles (en este caso tiradas por mulas), se utilizaban en la industria minera para trasladar el carbón o los minerales. La inventiva de Stephenson, quien desde niño había trabajado en las minas, le permitió introducir la máquina de vapor para el transporte de los minerales.

La Revolución industrial llegó también a la agricultura. La demanda estimuló el desarrollo de una nueva agricultura basada en cultivos que produjeran ganancias, emprendida por los terratenientes y granjeros que habían desalojado a los campesinos y a su agricultura de subsistencia en Inglaterra. Lo que se conoce como “la revolución agrícola” no fue sino una mezcla de procedimientos empíricos, con la rotación de cultivos y una mecanización primitiva que consistía principalmente en sembradoras y trilladoras tiradas por caballos.

Foto tomada de: Pixabay

La revolución agrícola trajo consigo un cambio profundo en la forma de vida de los hombres, casi igual al que produjo la Revolución industrial. Conforme avanzaba, necesitaba cada vez menos fuerza de trabajo para producir alimentos, lo que a su vez fortaleció la tendencia al crecimiento de la población en las ciudades. En fin, la mecanización de la agricultura, que se había iniciado en  Inglaterra, se propagó a las tierras abiertas al cultivo en las colonias inglesas de América y posteriormente a otras regiones europeas.

Museo Virtual. Adentro y afuera

Observa con cuidado las siguientes imágenes: Adolph Menzel: La fundición, 1875. National Galerie de Berlín y Robert Friedrich Stieler: Vista de la fábrica BASF en Ludwigshafen, Alemania en 1881.

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XIX
Primera revolución industrial
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textil

 

La comenzó en el siglo XVII y duró hasta mediados del . El inició se dio gracias a la que transformó toda la industria. Se pasó de la casera a las con mano de obra . Los sectores que más evolucionaron durante este periodo fueron: con la lanzadera al volante y la máquina de hilar; la industria on la bomba para desaguar las minas y el uso de la máquina de vapor para transportar el material extraído en las minas; y la en la que se comenzó a utilizar la segadora automática.