La reconstrucción y el Plan Marshall

La reconstrucción logró reavivar a Europa, pero sentó las bases de su dependencia respecto a Estados Unidos.

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La reconstrucción y el Plan Marshall

Introducción

En la Segunda guerra mundial intervinieron cerca de 70 millones de hombres, que lucharon en la extensión territorial más grande que en cualquier otro conflicto bélico, usando armas y máquinas de tierra, aire y agua. Se calcula que murieron 25 millones de personas, entre civiles y soldados, y la devastación material en los países europeos fue significativa.

Fuente: Wikimedia

Otro cambio importante fue la declinación de Europa como principal centro de poder mundial y su reemplazo por los Estados Unidos y la URSS, que quedaron como las grandes potencias líderes de sus respectivos campos político económico (capitalismo contra socialismo). A partir de ese momento el sistema capitalista comenzó su época dorada.

La reconstrucción y el Plan Marshall

El presidente Harry S. Truman se presentó ante el Congreso de Estados Unidos para solicitar 400 millones de dólares de ayuda a Grecia y a Turquía. En esos días estaba en Moscú el secretario de estado Marshall; su misión era llegar a un acuerdo sobre Alemania, lo que finalmente no se logró. Marshall solicitó al Congreso estadounidense ayuda económica para Europa e insistió en su urgencia. A través de la Organización Económica Europea de Cooperación Económica, creada para distribuir los fondos del Plan Marshall, llegaron a Europa entre 1948 y 1952, 13,182 millones de dólares. (Pernau, José, 1975)

El Plan Marshall favoreció a los Estados Unidos en el clima de la Guerra Fría; ayudó a la reconstrucción de una Europa devastada y sentó las bases para la dependencia de Europa occidental respecto a la potencia de América del Norte.

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El Estado benefactor

El Estado de bienestar o Estado benefactor, implicaba una intervención importante en la economía. Tenía antecedentes previos al New Deal, que se ubican en la Primera guerra mundial, cuando las economías se habían orientado principalmente a la producción bélica, lo que llevaba consigo cierta orientación estatal. Cuando atacó la crisis de los años treinta, el Estado asumió un objetivo concreto: elevar la renta nacional y generar empleos. En esta forma durante la reconstrucción posterior a la Segunda guerra mundial, los gobiernos asumieron un modelo intervencionista, aprovechando la situación de emergencia y lanzando políticas contra el paro, la inflación o el mercado negro.

El moderno estado de bienestar no surgió hasta después de la Segunda guerra mundial, aunque con anterioridad se habían implantado importantes servicios sociales en varios países europeos. El moderno estado de bienestar se basaba en cuatro principios generales: primero, la garantía de un bienestar material mínimo, especialmente en cuanto a ingresos, vivienda y educación; segundo, la garantía de este bienestar mínimo para todos con independencia de clase social, el sexo, el origen étnico o el origen geográfico; tercero, un derecho legal a esta garantía, que por supuesto podía ser defendido en los tribunales, en lugar de simples actos de caridad; por último, la garantía en situaciones específicas como la enfermedad, la invalidez por accidentes de trabajo, pobreza en la edad avanzada, desempleo, falta de educación, carencia de vivienda, con independencia de los riesgos de grupos específicos.

Hartmut Kaelble, "Historia social", en Europa desde 1945. Historia de Europa Oxford. T. 11. Mary Fulbrook, editora. Barcelona, Editorial Crítica, 2002.

El Estado benefactor contraviene claramente las reglas del liberalismo económico según las cuales el Estado no debe intervenir de ninguna manera en el libre juego de la economía. El Estado benefactor significa que éste toma las riendas de la economía, organizándola y asumiendo algunos de los gastos que la libre empresa debería erogar en el pago de salarios. La paga recibida por el trabajador debiera ser suficiente como para que éste pudiera invertir en casa habitación, solventar los gastos de salud, educación, recreo, impuestos y ahorrar para su eventual retiro.

Un salario de esta magnitud no habría sido posible en la reconstrucción de la posguerra y el Estado apoyó a los capitalistas para que emplearan a grandes masas de ciudadanos mientras él asumía la construcción de infraestructura para otorgar esos bienes y servicios que el trabajador estaba, por el momento, imposibilitado de solventar con su magro ingreso.

Fue debido a esta penetración en un círculo de influencia que el liberalismo le había vedado al Estado, que la economía de los países capitalistas logró salir adelante y mantener un constante crecimiento por tres décadas, donde se alcanzó casi niveles de pleno empleo, otra contradicción más del sistema capitalista.

La política del Estado benefactor fue resumida por la propaganda laborista inglesa en el eslogan “seguridad desde la cuna hasta la sepultura”. Sin embargo, los cuatro principios fundamentales apuntados arriba fueron aceptados hasta la segunda mitad del siglo XX, pues la concepción clara del Estado de bienestar data de los años treinta y cuarenta, principalmente en Gran Bretaña y Suecia.

Después de la guerra se consolidó un amplio consenso sobre la necesidad del Estado de bienestar y las políticas que implicaba.

Hay dos factores que nos explican las causas de la instauración del Estado de bienestar: la crisis y pobreza sufridas por los europeos en los primeros años de posguerra y el crecimiento posterior, que implicó el aumento de los ingresos del Estado y de la población como tal.

Obviamente no se estableció un sistema uniforme de seguridad en el mundo, puesto que los países eran distintos. Sin embargo, hubo características comunes a los Estados de bienestar europeos: se garantizó un nivel de ingresos mínimo; se instauró o amplió un sistema de seguro social en protección contra la invalidez por accidentes de trabajo; tratamiento médico para la familia del empleado; pobreza en edad avanzada y desempleo. En algunos países se implementó el servicio gratuito de sanidad; de tal forma que toda la población activa, o la mayoría, se beneficiaba de la seguridad social. (Kaelble, Hartmut, 2002)

Conclusión

Consumados los conflictos bélicos mundiales comenzó un período de recuperación económica liderado por Estados Unidos, primero apoyo la reconstrucción de Europa a través de El Plan Marshall y después contraviniendo las ideas del liberalismo económico surgió el Estado Benefactor, que tomó las riendas de la economía, incentivo la producción, pugno porque el pago de los trabajadores cubrieras sus necesidades básicas y beneficios sociales. Esta época de aparente abundancia y “avance económico” se presentó en muchos países de primer mundo y en algunos en vías de desarrolla, como México, hasta los años setentas del siglo, cuando el modelo comenzó resquebrajarse.

Autoevaluación

1.- País que se constituyó como el principal centro de poder después de la Segunda guerra mundial:
2.- Para apoyar la reconstrucción económica de Europa, Estados Unidos envío recursos por más de 13 millones de dólares a través del Plan:
3.- Tipo de Estado que toma las riendas de la economía, organizándola y asumiendo algunos de los gastos que la libre empresa:
4.- Apellido del historiador que describe las características sociales del estado de bienestar que surgió después de la Segunda guerra mundial:
5.- Uno de los principios del Estado benefactor es: todos debían tener la garantía de un bienestar:
6.- Al intervenir en la economía el Estado contradice uno de los postulados más importantes del económico.
7.- País en el que se forjó el eslogan “seguridad desde la cuna hasta la sepultura”: