Surgimiento del Fascismo

Una consecuencia inesperada de la crisis de 1929: el fascismo

La crisis económica que se desencadenó a partir de la caída de la bolsa en Nueva York en octubre de 1929, trajo consecuencias diversas para las que se buscaron soluciones distintas. Para muchos analistas de este periodo, hubo dos formas de afrontar la crisis de 1929: el reformismo del llamado New Deal implementado por el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, y el fascismo. Éste fue un fenómeno surgido en el imperialismo, principalmente en los países de capitalismo tardío y patrocinado por los grandes monopolios; es racista y excluyente; sus fines son militaristas y agresivos.

Los países de capitalismo tardío llegaron con retraso al escenario dominado por el imperialismo; esto hizo que las contradicciones de su desarrollo se volvieran más profundas. Todo ello los dejó atrás en la carrera de la repartición del mundo y limitó sus mercados. Para superar las crisis, reactivar el aparato económico y emprender nuevas aventuras expansionistas, los monopolios del capitalismo tardío recurrieron a la política y al Estado fascistas. Cuando el régimen capitalista estaba amenazado por una nueva situación revolucionaria, los fascistas tomaron el poder aliados con el capital monopolista. El proceso continuó con la destrucción de las organizaciones obreras y socialistas, la creación de un Estado fuerte que absorbió los órganos del capital monopolista y reactivó industria pesada al servicio de la militarización. Surgió así una nueva oligarquía gobernante que asumió el poder económico y político que pretendía forzar a otra guerra imperialista, que conllevara a una nueva división de zonas de influencia. Podemos ubicar como países fascistas a Italia, Alemania, Japón, España y Portugal.

Fuente: wikimedia

El fascismo italiano

Los objetivos del fascismo italiano fueron consolidar su dominio sobre sus colonias en África (Somalia, Libia y Eritrea) y conquistar nuevos territorios. Para lograr esto, los estrategas italianos pensaban que era imprescindible dominar el mar Mediterráneo y África, pues así controlarían materias primas y mercados. El primer objetivo de ataque italiano fue Etiopía en 1936. Ésta fue convertida en colonia.

Nacional-socialismo alemán

De 1933 a 1939 se impuso la brutal dictadura nazi en Alemania, así como el rearme y la preparación para otra guerra. El primer objetivo fue recuperar los territorios perdidos en 1918 cuando fue derrotada en la guerra. Después logró ampliar cada vez más sus dominios: en 1935 Alemania ocupó el Sarre; en 1936 Renania, y en ese mismo año, junto con Italia, intervino en la guerra civil española apoyando a Francisco Franco y los conservadores; en 1938, se anexó Austria y los Sudetes (Checoslovaquia). Entre marzo y abril de 1939 dominó todo Checoslovaquia, ocupando también el protectorado de Bohemia-Moravia. Finalmente, en 1939, Hitler firmó un pacto de no agresión con la URSS para preparar la invasión a Polonia.

Militarismo japonés

En Japón se produjeron movimientos revolucionarios en 1918-1923, que fueron reprimidos violentamente. Los japoneses invadieron China, en una ocupación que costó miles de vidas humanas. Mao Tse-Tung y el Partido Comunista Chino encabezaron la larga guerra de liberación contra los japoneses.

La agresividad consustancial de los gobiernos fascistas facilitó que éstos se aliaran y pretendieran repartirse zonas de influencia. Así, desde antes del estallido de la guerra mundial los países del eje Roma-Berlín-Tokio habían iniciado ya una política expansionista.

El falangismo español

Siguiendo las experiencias vividas en Italia y Alemania, el partido español Falange buscó ganar territorio político en su propio país. Se formó como un partido conservador, con una ideología nacionalsindicalista con varios elementos del sector católico. Reclutó a infinidad de jóvenes y buscaba terminar con las ideas comunistas y socialistas que tomaban fuerza en diversos lugares del mundo. Dentro de la Falange destacó el general Francisco Franco que había sido miembro destacado del ejército. Al triunfo de la República se dedicó a organizar un movimiento que lo llevó a derrotar al gobierno e imponer una dictadura que terminó con su muerte en 1977. Se caracterizó por ser un régimen violento y nacionalista que persiguió a todo aquel que estuvo en su contra.

Durante el apogeo de los regímenes totalitarios de Alemania e Italia se alió con ellos y siguió muchos de sus principios. No participó en la Segunda guerra mundial del lado del Eje por haber estado España inmersa en una devastadora Guerra civil, sin embargo Franco compartía la misma ideología de Hitler y Mussolini.