Revolución francesa

Una de las revoluciones burgueses emblemáticas es la Revolución francesa, que logró el derrocamiento del absolutismo, la abolición de los estamentos señoriales y los privilegios de las clases, de la propiedad feudal de la tierra, la supresión de las restricciones económicas existentes, el poder de la Iglesia y de otras instituciones que caracterizaban al Antiguo régimen.

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Revolución francesa

Una de las revoluciones burgueses emblemáticas es la Revolución francesa, que logró el derrocamiento del absolutismo, la abolición de los estamentos señoriales y los privilegios de las clases, de la propiedad feudal de la tierra, la supresión de las restricciones económicas existentes, el poder de la Iglesia y de otras instituciones que caracterizaban al Antiguo régimen. El derrocamiento de dicho régimen dio paso al triunfo del liberalismo, cuya ideología se representa gráficamente en la pintura de Eugène Delacroix titulada: La Liberté guidant le peuple:

La Libertad guiando al pueblo, pintura de Eugène Delacroix, Museo del Louvre, París.

Para que comiences a familiarizarte con la Revolución francesa te recomiendo que veas el siguiente video:

Antecedentes: absolutismo francés

Para el siglo XVIII, la unidad de Francia se derivaba del gobierno monárquico absolutista, cuya autoridad y actuación política se justificaban con base en la doctrina del derecho divino. Como características del absolutismo, el mandato del rey era la ley y la impartición de justicia estaba a merced de jueces corruptos que compraban o heredaban sus títulos y aplicaban leyes casuísticas. Sin embargo, el poder del rey estaba limitado por los privilegios que detentaban el alto clero y la alta nobleza, siendo ésta el estamento al cual pertenecían los miembros de la Corte, los secretarios de Estado, los consejeros y otros funcionarios de alto rango.

En Francia prevalecía una sociedad estamental basada en privilegios. Cada estamento se diferenciaba de los otros por tener un código de leyes propias, que concedían derechos y privilegios hereditarios al alto clero y la alta nobleza, en tanto que al común del pueblo sólo le imponían deberes. Entre las clases privilegiadas se encontraban el clero y la nobleza. El clero tenía en sus manos el control de las instituciones educativas, el culto religioso y la prensa. Como parte de sus privilegios tenía sus propios tribunales, cobraba diezmos, y estaba exento del pago de impuestos. La nobleza proyectaba su posición social dominante por los títulos nobiliarios que le eran otorgados por méritos, junto con el derecho exclusivo para ocupar cargos político-administrativos y militares; entre sus privilegios estaban la exención del pago directo de cualquier tipo de impuestos, de poseer sus propios tribunales de justicia, así como bienes raíces que logró acumular gracias a un derecho sucesorio que le permitía adquirirlos por dote, sucesión o compra, al tiempo que le impedía la venta de los mismos. Una forma de nombrar a los no privilegiados fue: el Tercer Estado (dado que el primero y segundo eran la nobleza y el clero); de igual manera se le nombraba: estado llano, el cual incluía la resto de la sociedad francesa, se incluía a ricos financieros y banqueros, artesanos, comerciantes, funcionarios menores, profesionistas, campesinos libres propietarios de pequeñas parcelas, arrendatarios de tierras, jornaleros, y siervos que todavía vivían bajo el dominio de la nobleza feudal obligados a pagar derechos feudales. En el Tercer Estado recaía la obligación de pagar impuestos al Estado, a la nobleza y el diezmo a la Iglesia.

Para dar cuenta de la sociedad estamental con base en dichos privilegios, la siguiente caricatura de la época representa al pueblo (Tercer Estado) cargando a la nobleza y el clero.

El proceso histórico de la Revolución francesa

La Revolución francesa fue iniciada por el Tercer Estado por el deseo de obtener tierras y mayores ingresos, o de ser liberados de los derechos feudales y las cargas fiscales, la necesidad de que se mantuviera la estabilidad de los precios del grano y otros productos agrícolas. El Tercer Estado se levantó para cambiar el orden político y social establecido.

La Revolución francesa se enmarcó en el ideario liberal propagado por los ideólogos de la Ilustración que defendían:

labelLa libertad

labelSoberanía

labelDivisión de poderes

labelIgualdad ante la ley

labelDerecho a la propiedad

labelLibertad de reunión

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano

La Revolución francesa fue uno de los acontecimientos más emblemáticos por el triunfo del liberalismo y sus consecuencias, las cuales resumimos a continuación:

labelDerrocó al absolutismo monárquico el cual fue reemplazado por una república, caracterizada ésta última por el desarrollo de los principios de la soberanía nacional, el reparto de poderes y el reconocimiento de las libertades individuales.

labelLa participación política se amplió, de un grupo con privilegiados a la población general, la política se convirtió en una “cosa pública” porque la soberanía se transfirió a los ciudadanos.

labelLa elección se convirtió en un procedimiento universal de designación. Las elecciones comenzaron a fungir como medio para elegir a los funcionarios de la nación.

labelConstituyó un referente político e ideológico para las futuras revoluciones burguesas que se desarrollaron a lo largo del siglo XIX.

labelLa revolución creó los soportes de la vida política: la prensa y los partidos políticos. Se reconocieron las garantías de libertad política y libertad de prensa.

labelSeparación de la Iglesia y el Estado, comienza un proceso de laicismo en la sociedad francesa.

labelEl lugar de la religión y la sociedad civil es otro de los aspectos que la Revolución transformó de manera irreversible. Anteriormente, el rey

labelLa igualdad política, la ley estableció la igualdad de sus ciudadanos y todos tendrían los mismos derechos y obligaciones, así como la oportunidad para acceder a los empleos civiles y militares.

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