Productos de higiene personal y su impacto en los hábitos de consumo en el siglo XX

Los patrones de consumo, marketing y comercialización de los productos cotidianos datan de los años treinta del siglo pasado.

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Productos de higiene personal y su impacto en los hábitos de consumo en el siglo XX

Productos de uso personal

Los productos de uso personal durante la primera mitad del siglo XX se transformaron de manera radical. Buena parte de ellos han sido producto de inventos y avances tecnológicos que se dieron durante las grandes guerras de dicho siglo y después, al término de las mismas, pasaron a formar parte de la vida cotidiana. Esto sin duda cambió los hábitos de consumo.

Hablemos de productos de uso común en el cuarto de baño. En 1857 el neoyorkino Joseph Gayetty  realizó los primeros intentos de fabricar y vender papel sanitario que denominó también terapéutico. Por pudor no se atrevió a poner su nombre al producto como era la costumbre en la época. Se trataba de servilletas individuales que no tuvieron gran éxito.

Otro intento lo realizó Walter Alcock en la Gran Bretaña en 1879 su diseño fue en rollo y con líneas de perforación para su corte, pero en la era victoriana tal producto no se popularizó a pesar de ser de primera necesidad. En 1880 en Estado Unidos los hermanos Scott produjeron papel sanitario de rollo con líneas punteadas para su corte y fue vendido en paquete pequeño envuelto púdicamente en papel para evitar comentarios y miradas indiscretas. Cuando se inventó el baño de agua corriente para la ducha y el sanitario en el siglo XX, el papel comenzó a popularizarse. El neoyorquino Hotel Wardolrf Astoria fue el primero en utilizarlo, lo cual le dio una cara sumamente sofisticada al producto y por ello se le denominó Waldorf Tissue, con el tiempo los Scott le pondrían su nombre. Fue la entrada a la vida cotidiana aunque no fue utilizado masivamente aún.  

Superado el periodo de las guerras, las empresas se dieron a la tarea de cubrir con sus mercancías las necesidades de la creciente población. Estos bienes penetraron poco a poco en los diferentes estratos sociales y debido al gran volumen de producción sus precios bajaron. La empresa Kimberly Clark desarrolló el cellucotton que se utilizó la Primera guerra mundial. Era una fibra de celulosa tipo algodón que se usó para atender a los heridos. 

Cellucotton es un producto derivado de celulosa y es más absorbente que el algodón. El Cellucotton se utilizó en la Primera guerra mundial. Fuente: Wikimedia

Una vez que terminó la guerra, la empresa tuvo que darle salida a una gran sobre-producción que tenía de este material. Las enfermeras le dieron la idea a Kimberly Clark, pues ellas lo ocupaban también como compresas sanitarias. En 1921 Kimberly-Clark las fabricó industrialmente e inmediatamente las anunció en las revistas femeninas y la denominó Kotex (cotton & textil). En 1926 la Johnson y Johnson presentó al mercado la toalla llamada Modess aunque la hacía para hospitales desde 1890, pero era de uso quirúrgico y no se vendía al público. Estos productos modificaron las costumbres mercantiles pues la venta era fuera de mostrador para soslayar la vergüenza de comprarla y venderla. Aunque se fabricaran desde el principio del siglo su uso se hizo masivo a partir de la década de los 70.

Lo mismo sucedió con otra clase de objetos que hoy son de uso cotidiano pero que su origen fue la sobre-producción militar: toda clase de papeles sanitarios, pañuelos faciales y  toallas para la cocina. Una de las características del periodo es que la mercadotecnia y la publicidad fueron los medios a través de los cuales las empresas lograron convencer a la población de consumir productos que se presentaron básicamente como necesarios.

Las campañas publicitarias por carteles espectaculares en las calles, o por radio y TV, por los diarios y revistas, o en el mismo empaque del producto que invitó al consumidor a entrar en rifas, concursos y encuestas. La empresa llevó a acabo una encuesta para ver los usos que le podían dar a los pañuelos faciales, la respuesta fue que en mayoritariamente se usaban como pañuelos desechables. El origen de la toalla para la cocina es un error de corte en la línea de producción del papel sanitario. La empresa no quiso desperdiciarlo y los mercadólogos lo ofrecieron como toalla desechable.

La cultura del desechable sólo se podía promover cuando las necesidades del mercado estuvieran debidamente cubiertas. Se requería que el posible comprador sintiera que debía cubrir una necesidad sin preocuparse por el trabajo posterior de lavar y lo más importante era que tuviera dinero para solventar ese gasto.

El jabón es un producto químico muy antiguo, pero su elaboración industrializada a gran escala es relativamente reciente. El baño en tina fue costumbre en oriente y occidente desde tiempo inmemorial y la fabricación de un jabón que flotara en medio del agua turbia era una necesidad, sobre todo de ahorro, pues el jabón en el agua se diluye innecesariamente.

Fuente: Pixabay

En 1879 la conjunción del ingenio de Harley Procter y James Gamble llevó a la creación del Ivory Soap jabón flotante que no se perdía en el fondo de las tinas. Esta novedad se logró batiendo los ingredientes más de lo necesario. Con el paso del tiempo se cambió la presentación del jabón: una de ellas fue el de una sola pastilla grande con una hendidura para dividir la barra en dos piezas; una pequeña para el baño y otra grande para lavar la ropa. Así se abarcaron dos mercados de un solo golpe, esta presentación duró hasta mediados del siglo XX.

También se desarrolló el jabón de olor y abundante espuma, después de diversos colores y posteriormente, de mezclas de colores y con diversas formas. La mercadotecnia cumplió su cometido y el jabón se fue asociando a diferentes actividades: al hogar, al deporte, a la familia, a la juventud, a la infancia, a la niñez, al género, al espacio geográfico entre otros. Procter & Gamble inició a competir consigo misma, al crear el jabón Camay como competidor de Ivory, Surgiendo con ello, productos con diferentes cualidades para cada tipo de consumidor.

El detergente en polvo, el líquido y el shampoo pertenecen al mismo periodo de inicios de la Segunda guerra mundial, siendo su popularización hasta el último tercio del siglo XX. Fue en 1890 en Alemania cuando se elaboró por primera vez el champú cuyo nombre deriva de la anglinización de la palabra india “champú” que quiere decir “masaje”.

Cepillo de dientes

El cepillo de dientes es un objeto común desde tiempo inmemorial, entre quienes deseaban cierto nivel de asepsia, ya que el cepillo de dientes era elaborado de pelo de animal, lo que era muy poco higiénico.

En algunos lugares, las brochas de dientes se hicieron de cerdas vegetales que se frotaban con ayuda de algunos abrasivos también naturales como el polvo de piedra pómez. En México fue de uso común la tortilla quemada para abrillantar la dentadura. Sin embargo todos estos polvos afectaban el esmalte de los dientes y los hicieron presa fácil de la caries. La pasta de dientes, se popularizó por la asepsia. Desde la antigüedad clásica se utilizó el amoniaco para su preparación, pero no era de uso común. El trabajo del dentífrico ha sido básicamente en dos líneas; asepsia y endurecimiento del esmalte, con un lavado dental meticuloso se evitan gingivitis (hinchazón de las encías), caries y la pérdida de dientes. En 1938 la marca Du Pont desarrolló una fibra que denominó nylon (seda artificial) de la cual desarrolló múltiples aplicaciones, entre ellas la del cepillo dental. En un principio el cepillo de nylon fue muy duro y lastimaba las encías, pero a mediados del siglo XX la misma empresa logró producir una fibra más suave. En el último tercio del siglo XX, se han creado una gran cantidad de variedades de cepillos; eléctrico y de baterías, para diferentes edades y tipos de problemas bucales, de colores, con personajes de televisión, artistas musicales, etcétera. Todo para ganarse público consumidor.

Fuente: Pixabay

Autoevaluación

Historia de una empresa

Con base en lo que estudiamos da clic en la respuesta correcta que consideres correcta.

I. Kimberly Clark comenzó como una empresa

II. En 1857 el norteamericano Joseph Gayetty fabricó y vendió un producto al que llamó:

III. A finales del siglo XIX los hermanos Scott vendieron el papel sanitario en forma de...

IV. Este producto entró en la vida cotidiana cuando se inventó...

V. Kimberly Clark desarrolló una fibra de celulosa que se usó para atender a los heridos durante la Primera guerra mundial llamada...

VI. Nombre de los productos que fueron inicialmente usados como compresas sanitarias y hacia 1921 Kimberly Clark las comercializó a través de publicaciones femeninas

VII. Década en la que se comenzó a vender de forma masiva el mencionado producto para damas

VIII. Para comercializar sus productos la empresa utilizó los

IX. Nombre de la filial que Kimberly Clark tenía en México y con la que simuló competir

X. El tipo de comercialización que aplicó la empresa para convencer a la población de consumir sus productos se puede considerar…

Conclusión

Los patrones de consumo, marketing y comercialización de los productos cotidianos datan de los años treinta del siglo pasado, cuando empresas como Kimberly Clark y Procter & Gamble (hoy P&G) realizaron amplias campañas en los medios masivos de comunicación de la época. Ese espectacular adelanto tecnológico no ha estado exento de problemas y controversias, como el calentamiento global o la clonación de la oveja Dolly. Además nos ha mostrado su cara dañina, porque la contaminación ambiental es una problemática real y palpable en nuestros días.