Imperios coloniales. España y Portugal siglos XVI-XVIII

A través de compañías mercantiles formadas por comerciantes y financieros con amplios poderes en lo económico y lo político, los países colonialistas desplegaron su expansión.

add
CUAIEED

Imperios coloniales. España y Portugal siglos XVI-XVIII

Introducción

La expansión europea entre los siglos XV al XVII fue fruto del desarrollo de relaciones comerciales y financieras de tipo capitalista, avances tecnológicos en la navegación, experiencia marítima en el Mediterráneo, búsqueda de una ruta a las riquezas de Asia (especias y productos manufacturados) para evitar el bloqueo que musulmanes y venecianos ejercían en Medio Oriente.

En este período, países europeos occidentales como España, Portugal, Francia, Holanda e Inglaterra encontraron en el comercio la vía para fortalecer sus economías, las cuales se habían impulsado gracias a la elaboración de manufacturas en distintos ramos, ampliado el intercambio comercial y fortalecido los sistemas financieros, además de fomentar los conocimientos técnicos y científicos aplicados a la construcción de barcos y a la navegación de largas distancias. A excepción de Holanda, los Estados de esas naciones se encontraban organizados en monarquías absolutas o parlamentarias.

En aras de fortalecer su poderío, las potencias comerciales de esta etapa histórica desplegaron una sistemática expansión colonial por todo el globo, asentándose en puntos clave de todos los continentes.

El descubrimiento del continente americano y de sus riquezas, sobre todo las mineras, aceleró los intereses del mundo mercantilista. La bula papal de Alejandro VI, que dividió los territorios americanos entre España y Portugal, dejaba fuera a ingleses, franceses y holandeses. A partir del siglo XVI, los gobiernos de aquellos países buscaron asentarse en América, al norte de las colonias españolas, en la franja ecuatorial del continente (las Guyanas) y en las Antillas, región estratégica por excelencia para el comercio atlántico y para penetrar al norte y centro del continente.

Imperios coloniales de España y Portugal

Para finales del siglo XV, España y Portugal eran los dos únicos reinos cristianos presentes en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Durante la centuria siguiente mantuvieron la hegemonía colonial de amplios imperios. España, con dominios grandes en los que “el sol no podía ocultarse”, construyó un vasto imperio con colonias de poblamiento, gobernadas desde la metrópoli y que le proporcionaron cuantiosas riquezas. Sus posesiones le ocasionaron innumerables problemas con las demás potencias que las asediaban por medio del contrabando, de los ataques de corsarios y piratas. Además, fueron motivo de rivalidades que culminaron en guerras marítimas, por ello cabe resaltar que una parte considerable de la fortuna colonial se aplicó a la defensa militar del imperio.

España, a diferencia de otras potencias, centralizó y unificó a sus dominios y aplicó leyes, religión y costumbres comunes. El hecho de considerar a sus colonias americanas al mismo nivel que aquellas posesiones de Castilla, impuso una serie de medidas a nivel político que constreñían la autonomía de las colonias. Por ello con el afán de tener el control y la reglamentación de la política, la economía y de la sociedad, creó una numerosa burocracia. Dos períodos marcan al imperio español: Dinastía de los Habsburgo, cuyas políticas combinaron resabios medievales con patrones de mercantilismo, y el período de los borbones (siglo XVIII), que quisieron tardíamente modernizar y poner en práctica las ideas de la Ilustración en sus posesiones.

Por su parte, el imperio portugués no alcanzó la solidez y las dimensiones del español.

Sus territorios en el Oriente estaban conformados por una serie de factorías, establecimientos mercantiles a lo largo de los litorales de Asia y África, destinados al comercio con productos orientales, especialmente las especias. Aplicó una política meramente mercantil carente de un proceso civilizatorio y cultural. Sus posesiones en Asia y algunas en África (salvo Angola y Mozambique que no lograron su independencia hasta el siglo XX) fueron tomadas tempranamente por ingleses y holandeses.

Al establecerse en el vasto territorio del Brasil, rico en recursos tropicales y carente de mano de obra, los portugueses impulsaron la explotación del palo del Brasil (tinte muy apreciado en la manufactura textil) y la caña de azúcar. Para proveerse de fuerza de trabajo, aplicó expediciones (razzias) para someter por medios violentos a la población indígena.

Ambos imperios iniciaron tempranamente la trata de esclavos salidos de sus posesiones africanas para venderlos a otras potencias coloniales y abastecer de esta fuerza servil a Brasil. El mercado negrero redituó amplias ganancias a comerciantes y armadores de barcos portugueses. Los yacimientos de oro brasileños en Minas Gerais renovaron la riqueza colonial. No obstante, la franca intervención del Estado, que aplicaba un estricto control comercial, fracasó en los hechos y tanto el tráfico marítimo como las cuantiosas riquezas del Brasil cayeron bajo el control de la marina mercante holandesa y de los grupos financieros ingleses y franceses.

Fuente: Wikipedia

Conclusión

Cinco fueron los principales imperios mercantilistas: España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Los dos primeros extendieron sus dominios en gran parte de América, tiempo después se les unieron Holanda y Francia, las cuales crearon Compañías de Indias para extender sus dominios fuera de sus fronteras, establecer enclaves comerciales y coloniales así como intercambiar mercancías en América, Asia y África. Inglaterra fue la última en ingresar en la carrera colonialista pero obtuvo los mejores resultados con sus políticas mercantilistas.

Autoevaluación

Con base en el contenido que estudiamos en esta sección, elige si las siguientes afirmaciones son falsas o verdaderas:

1.- Durante el siglo XVI España y Portugal fueron las principales potencias imperialistas

2.- Las colonias portuguesas estaban al mismo nivel político y cultural que la metrópoli, al igual que en el Imperio español

3.- El tráfico de esclavos fue fundamental para la economía de ambas colonias.

4.- Los barcos y puertos de las colonias portuguesas y españolas fueron asediados durante décadas por corsarios, contrabandistas y piratas.