Guerra contra Gran Bretaña
Los alemanes creían que el gobierno inglés estaría dispuesto a negociar una vez que fuera derrotada Francia, lo cual no sucedió, ya que los británicos estaban decididos a resistir. Alemania no pudo invadir Inglaterra y optó por bloquearla en dos frentes: en el Mar Mediterráneo para cortar la comunicación con el Canal de Suez y el Atlántico, con el que se cortarían las relaciones con los Estados Unidos y sus posibles suministros. Las acciones militares en el Mediterráneo se desarrollaron en Grecia, Egipto y Siria. Los ingleses desviaron sus comunicaciones con el extremo Oriente hasta la ruta del sur de África. Ahí pesó su fuerza naval, que evitó una derrota completa. El bloqueo alemán de la ruta atlántica no se pudo imponer totalmente por el apoyo de Estados Unidos a Inglaterra. Aunque los submarinos alemanes lograron hundir a una parte de los barcos que transportaban materiales, materias primas y otros pertrechos, se impuso la comunicación comercial, puesto que los convoyes fueron protegidos militarmente.
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La Segunda guerra mundial, en esta primera fase, fue sorpresiva, sangrienta y veloz. Las potencias aliadas no esperaban el despliegue de fuerza de las tropas invasoras de Alemania y ésta, a su vez, creía que todos los países se someterían con facilidad. Estos años fueron sólo el comienzo de un enfrentamiento que tardaría años en solucionarse y cuyos efectos serían devastadores.