Migraciones planetarias a Europa Occidental

El desarrollo logrado durante la época de oro, posterior a la Segunda Guerra Mundial, comenzó a frenarse a principios de los setenta y cayó en crisis en los ochenta. ¿Las causas? Las guerras, la recesión económica y la deuda.

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B@UNAM

Migraciones planetarias a Europa Occidental

Introducción

Actualmente se aproximan a 15 millones los extranjeros establecidos legalmente en la Unión Europea, de los cuales 5 millones provienen de países integrantes de la propia Unión, y los restantes 10 millones proceden de países que no son de dicha organización internacional: 41% de éstos son europeos no comunitarios; 15% son turcos; 27% son de origen africano y 8% de América.

Lo anterior nos lleva a otra apreciación estadística: resulta que 4 de cada 100 personas que viven actualmente en la Unión Europea son extranjeros, aunque las diferencias entre los distintos países son importantes. Por ejemplo, mientras 30% de la población de Luxemburgo es integrada por extranjeros, en Alemania, representan apenas el 7% de sus habitantes.

En la actualidad, llegan a la Unión Europea dos grandes flujos migratorios claramente diferenciados:

  • El primero proviene de Rusia y de los países del Este de Europa (Comunidad de Estados Independientes, CEI);
  • El otro llega de los países del norte de África.
  • Y el tercer flujo, aunque de menor importancia, lo integran asiáticos y latinoamericanos.

Causas de las migraciones

El desarrollo logrado durante la época de oro, posterior a la Segunda Guerra Mundial, comenzó a frenarse a principios de los setenta y cayó en crisis en los ochenta. ¿Las causas? Las guerras, la recesión económica y la deuda.

Las altas tasas de natalidad en los países subdesarrollados provocaron la existencia de una población sin empleo que acudía a los mercados de trabajo, donde generalmente no encontraba ni el trabajo ni la remuneración que necesitaba. En ciertos casos en los que existían antiguas relaciones de suministro de mano de obra, como entre México y los Estados Unidos o entre los países del norte africano y Europa, la emigración del sur hacia el norte se incrementó notoriamente.

A la caída del esquema económico propio del Estado benefactor se inició la puesta en marcha de otra política económica: el neoliberalismo.

Las políticas derivadas de organismos económicos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo mismo que la implantación del neoliberalismo en cada país, contribuyeron al desempleo y la crisis en los países africanos, tanto como la crisis económica en que cayeron los antiguos países socialistas de Europa, incluida la URSS.

Hay otro fenómeno sumamente importante: el crecimiento desigual de la población.

Lee con atención el siguiente texto:

Desigualdades demográficas

Un estudio reciente sobre “población y seguridad” indica que, puesto que los territorios del globo están muy divididos entre gobiernos estables que controlan sus propias fronteras, la magnitud de la emigración es –y será- mucho menor que hace un siglo. Si por un lado está claro que en la actualidad los países hacen mayores esfuerzos para restringir la emigración –y en algunos casos para evitarla-, no es probable que pueda disuadirse a los emigrantes desesperados. Ni la estadounidense Ley de Inmigración y Naturalización de 1986, ni las patrullas a lo largo de la frontera mexicana han evitado el flujo hacia el norte de emigrantes, que de nuevo han superado con creces el millón anual. En julio de 1991, bajo la presión de una población local resentida, un incómodo gobierno francés anunció una serie de medidas más estrictas para reducir la inmigración ilegal, incluyendo el flete de aviones para deportar a los emigrantes. Pero con los dirigentes de la oposición de derechas denunciando “el ruido y el olor” de los 4 millones de inmigrantes, en su mayoría árabes, y los propios ministros del gobierno admitiendo la dificultad de aceptar más recién llegados, cuando el país cuenta con un índice de desempleo del 9,5%, la controversia produjo la impresión de que Francia había perdido el control de sus fronteras. Es más, en toda Europa occidental aumenta el temor de que las leyes de la Comunidad Europea, que permiten la migración interna y la residencia, reduzcan el control de sus naciones miembro en lo que atañe al influjo migratorio de otros Estados de la misma Comunidad, reduciendo así su capacidad de detectar inmigrantes ilegales.

En la actualidad, hay cerca de quince millones de hombres, mujeres y niños en Europa central y el sudeste asiático viviendo en campamentos a la espera de poder ir a algún sitio. Aunque ellos y los que ya están en camino vía México y Turquía puedan encontrar obstáculos, muchos lo están logrando. A menudo son ayudados y cobijados por parientes que ya han hecho el viaje. Además, como veremos, están cada vez más estimulados por la revolución de la información, lo cual significa que “la gente ahora, aunque sea muy pobre, sabe cómo se vive en otras partes del mundo” y pretende llegar hasta allí por tierra, mar y aire.

Estos factores de empuje del superpoblado mundo en vías de desarrollo se combinan con el factor de atracción del declive demográfico de las sociedades más desarrolladas. Hoy, como en el pasado, existen “miles de millones de campesinos y ex campesinos resueltos y deseosos de trasladarse a lugares que poblaciones urbanizadas más ricas han dejado libres”. Cuando las familias más acomodadas del hemisferio norte deciden individualmente que es suficiente con tener sólo uno, o como mucho, dos hijos, quizá no reconozcan que en cierto grado están dejando libre un futuro espacio (es decir, trabajos, zonas urbanas, segmentos de población, segmentos de preferencia del mercado) a grupos étnicos con un crecimiento más rápido, tanto dentro como fuera de sus fronteras nacionales. Sin embargo, eso es lo que están haciendo.

Por lo tanto, es improbable que los mayores esfuerzos por controlar la migración consigan tener éxito frente al importante desnivel de los equilibrios demográficos globales. Quizá la estadística más apremiante de todas sea la que muestre que, si bien las democracias industriales representaban más de la quinta parte de la población de la Tierra en 1950, en 1985 descendieron hasta representar la sexta parte, y se prevé que se reduzcan a menos de una décima parte en el año 2025. Hacia esta fecha, dos de las democracias industriales (Estados Unidos y Japón) estarán entre los 20 países más poblados, mientras que el resto de ellas será considerado casi como “pequeños países”. Esta disminución relativa en el porcentaje de la población mundial plantea a las democracias industriales su mayor dilema de los próximos treinta años. Si el mundo en vías de desarrollo consigue elevar la producción y los niveles de vida, la proporción de Occidente en la producción económica, el poder global y la influencia política descendería marcadamente, sólo por la fuerza de los números. Ello, a su vez, ha planteado la interesante pregunta de si los “valores occidentales” (cultura social liberal, derechos humanos, tolerancia religiosa, democracia, fuerzas del mercado) mantendrán su posición imperante en un mundo abrumadoramente poblado por sociedades que no han experimentado los supuestos racionales, científicos y liberales de la Ilustración. Ahora bien, si el mundo en vías de desarrollo permanece atrapado en la trampa de la pobreza, los países más desarrollados se verán asediados por decenas de millones de emigrantes y refugiados deseosos de residir entre los prósperos pero envejecidos habitantes de las democracias. De un modo o de otro, es probable que los resultados provoquen malestar en la sexta parte más rica de la población del planeta, que en la actualidad goza de unas desproporcionadas cinco sextas partes de su riqueza.

Este problema de los desequilibrios entre sociedades más ricas y más pobres conforma el telón de fondo de otras importantes fuerzas que están obrando a favor del cambio. Paul Kennedy, hacia el siglo XXI, Barcelona, Edit. Plaza Janés, 1995.

Políticas

Las décadas de los 70 y 80 tuvieron como característica la persistencia de guerras y contiendas civiles en varias regiones del planeta. Alguno de ellos tuvieron como marco y causa importante la Guerra Fría, o lucha política entre EEUU y la URSS (Corea, Vietnam, África del Sur, Centroamérica, etc.). Numerosas personas de diversas edades y ambos sexos fueron víctimas de dichos conflictos: muertos, heridos de gravedad, desaparecidos y por supuesto, desplazamientos masivos de población. De cada guerra o conflicto violento de diverso tipo, las víctimas son consideradas refugiados (Camboya, Vietnam, Afganistán), solicitantes de asilo (Etiopía, Nicaragua, Sri Lanka) o inmigrantes ilegales (El Salvador, Somalia, Guatemala).

Una mujer huye en un bombardeo a Beirut por los israelíes, 1982. Fuente: Yapp, N. (2004). 1980’s. Décadas del siglo XX. Hagen: Ullmann/Könemann, p. 82.

Con el fin de la Guerra Fría han destacado dos procesos políticos: una mayor democratización y los nuevos conflictos de tipo nacionalista. Los dos procesos implican desplazamiento importante de refugiados. Por otro lado, los movimientos étnicos tienden a sufrir una escalada y desembocar en guerras abiertas, como los casos de Bosnia y Ruanda.

El caso de la ex Yugoslavia es muy particular porque los refugiados no son sólo el efecto colateral de la agresión, sino su objeto. El propósito de la “limpieza étnica” como objetivo militar es el de crear refugiados. Ya la simple expresión “limpieza étnica” es de arranque una soberana tontería, pues no existen las etnias “puras”.

Ciertas crisis de refugiados han encontrado una vía de escape cuando los afectados pueden volver a su país de origen. Por ejemplo, desde Polonia y algunas regiones de la antigua URSS, han regresado a Alemania muchas personas de origen alemán; también muchos griegos residentes en Asia Central han vuelto a su país original, lo mismo que los rusos de origen báltico y las repúblicas meridionales de la ex URSS, que comienzan a retornar a Rusia.

Existen diversos tipos de razones que han motivado el desplazamiento creciente de millones de africanos. Ellos provienen de países con alta densidad de población (5 hijos por mujer, en tanto que en Europa apenas se alcanza el 1,5 de promedio), donde no existe la debida industrialización y donde las condiciones climáticas, junto con la escasez de tierras de cultivo, hacen la subsistencia cada vez más difícil. Estos africanos tratan de alcanzar las costas europeas, por todos los medios, aun con riesgo de perder la vida. En vista de que no parece probable el cambio de las circunstancias desfavorables, se prevé que aumente la presión migratoria del sur sobre los países del norte.

¿Quiénes son los migrantes a Europa en la actualidad?

Un estudio hecho por expertos internacionales nos dice que los migrantes que llegan a Europa se pueden clasificar en los siguientes grupos:

  • Residentes admitidos legalmente (inmigrantes) y no residentes (no inmigrantes).

    Para los países receptores, la década de los 80 fue un periodo de niveles altos de inmigración, que prometen mantenerse e incluso crecer durante los años 90. En los Estados Unidos, hubo casi nueve millones de recién llegados en los años 80, más que en 1901-1910, que fue la década de mayor inmigración hasta entonces.

    Además, el número de no residentes ha crecido mucho en todos los países industrializados. Estudiantes extranjeros, personal calificado, y ejecutivos de compañías multinacionales, científicos y expertos de varias empresas y sectores, forman una élite internacional en aumento, que procede de casi todos los países, se desplaza libremente y con frecuencia, y en general no plantean problemas de política o control migratorio.

  • Emigrantes con contrato de trabajo.

    Los mecanismos de empleo de trabajadores extranjeros en la Europa de los años 50 y 60 se han extendido actualmente a todo el mundo. Varios países de Oriente Medio echan mano del exceso de mano de obra en países cercanos del sur de Asia y el Extremo Oriente. En otros sitios de Asia, así como entre países asiáticos y otras regiones del mundo, hay acuerdos de contratación de mano de obra. Algunos gobiernos, como los de Pakistán y Filipinas, promueven la emigración de sus nacionales.

    Estos acuerdos implican un elemento de inestabilidad que se manifestó durante la Guerra del Golfo. Casi dos millones de trabajadores tuvieron que salir en masa de Kuwait, Irak y Arabia Saudí, obligados a regresar a sus países con dificultades de crear puestos de trabajo y privados de los importantes ingresos provenientes de los trabajadores expatriados. También consideremos que las mujeres constituyen en la actualidad una proporción importante de la población contratada.

    En todo caso, los acuerdos de contratación de mano de obra están considerados en general como positivos para ambas partes desde el punto de vista económico y de creación de empleos.

    Trabajadores turcos muestran sus pasaportes al llegar al fin de su viaje desde Bulgaria (1989). Fuente: Yapp, N. (2004). 1980’s. Décadas del siglo XX. Hagen: Ullmann/Könemann, p. 119.

  • Inmigrantes ilegales.

    En la actualidad existen inmigrantes ilegales en casi todas las naciones industrializadas. Algunos de estos inmigrantes cruzan clandestinamente las fronteras, otros permanecen en el país receptor más allá de los periodos concedidos en sus visados o documentos de viaje, que fueron extendidos por motivos turísticos, de estudio o de trabajo temporal. Una gran proporción de ellos, por distintas razones, terminan permaneciendo a largo plazo.

    Los inmigrantes ilegales suelen realizar trabajos marginales o poco deseables, aunque por lo general no desplazan directamente a los trabajadores nativos en gran número. Sin embargo, su presencia contribuye a socavar las condiciones laborales en conjunto y supuestamente entorpece a largo plazo los ajustes del mercado de trabajo.

  • Solicitantes de asilo.

    Los solicitantes de asilo son aquellas personas que solicitan del gobierno del país que les acoge el asilo político según los términos de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Antes de los años 80, el asilo político era un fenómeno excepcional, pero su auge se inició a principios de los años 80, con el caso típico de los disidentes. Después, el número de asilados aumentó con rapidez en todos los países industrializados, a excepción de Japón.

    Sin embargo, una parte de las solicitudes de asilo son subterfugios: los procesos de concesión de asilo pueden prolongarse durante años, y los solicitantes tienen diversos grados de privilegios laborales o beneficios sociales durante la espera. La mayor parte de los solicitantes procede de países y circunstancias donde reinan el caos político y los problemas económicos. Por estas razones, y a pesar de los bajos índices de concesión de asilo,en la mayoría de los países receptores son pocos los solicitantes que después de ver rechazada su solicitud son obligados a volver a su país. Quien solicita asilo no es un refugiado según la letra del derecho internacional, pero pocas naciones están dispuestas, principalmente por razones humanitarias o de política interna, a enviar a los solicitantes de regreso a países en conflicto, como Líbano, Liberia, Somalia o Sri Lanka.

  • Refugiados.

    En 1970 había 2, 5 millones de refugiados dependientes de la ayuda internacional. Actualmente su número rebasa los 17,5 millones. Una cantidad similar de refugiados se encuentra desplazada dentro de sus fronteras nacionales. Según el derecho internacional, los refugiados son personas con temores fundados de ser perseguidos “por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas”.

    Para muchos alemanes orientales, la salida a occidente pasaba por Checoslovaquia. En la foto se ve a refugiados de Alemania Oriental entrando a Praga (noviembre de 1989). Fuente: Yapp, N. (2004). 1980’s. Décadas del siglo XX. Hagen: Ullmann/Könemann, p. 118.

La mayoría de los refugiados actuales se localiza en el llamado Tercer mundo (los 20 países con más refugiados tienen una renta media per capita de 700 dólares estadounidenses) y son víctimas de guerras o contiendas civiles. Menos de uno por ciento del total tienen cierta posibilidad de establecerse en un país desarrollado por falta de programas de acogida, que ya no se aplican, salvo para los que tienen familia u otros lazos en los países receptores. La mayoría de los desplazados fuera de sus países se ubican en campos administrados por la Organización de las Naciones Unidas y otras agencias no gubernamentales. El sistema internacional de ayuda humanitaria recibe una cantidad de recursos que tiende a crecer, pero sigue adoleciendo de falta de personal y recursos insuficientes, si tomamos en cuenta la creciente demanda de asistencia o las emergencias humanitarias inesperadas como la de la ex Yugoslavia.

Cada uno de los tipos de emigrantes que acabamos de ver presenta cuestiones de importancia y controvertidas. Pero son las tres últimas –inmigrantes ilegales, solicitantes de asilo y refugiados- las que suscitan mayor controversia en los países industrializados. Con el fin de la Guerra Fría han pasado a primer plano los problemas que se derivan de la apertura de fronteras de Europa, y la crisis en los Balcanes ha puesto de relieve la violencia que puede alcanzar el odio étnico.

Familia de albano kosovares huyendo de los serbios. Fuente: Historia Gráfica del siglo XX. p. 571.

Conclusiones

Europa es una de las regiones a las que anualmente llegan millones de inmigrantes, por ello en este sucinto texto describimos sus causas más importantes, que son básicamente económicas, demográficas y políticas. También destacamos el perfil de los migrantes: residentes admitidos legalmente, emigrantes con contrato de trabajo, inmigrantes ilegales, solicitantes de asilo y refugiados; que le han dado un cariz distinto a la sociedad europea moderna.

Autoevaluación

Instrucciones: Lee con detenimiento las siguientes frases y relaciónalas con la imagen correspondiente.

 

A) Su situación migratoria es regular, cuenta con papeles y fueron admitidos legalmente dentro del país.

 

B) Su llegada a otro país o nación está regulado por un contrato de trabajo. En general su estancia es temporal.

 

C) La situación migratoria de estos emigrantes es irregular, ya que no cuenta con la documentación necesaria, prevista en las leyes de los países a los que llegan.

 

D) Son migrantes que se vieron forzados a salir de sus países por sus ideas, conflictos bélicos, religiosos o políticos, y solicitan la protección y permiso de residencia en un país extranjero.

 

E) Status que se le concede a un solicitante de asilo, dándole el permiso de residencia y protección en un país diferentes al suyo.

http://www.elespanol.com/mundo/europa/20161230/182232249_0.html

https://noticias.terra.com.mx/mundo/europa/alemania-acogio-este-mes-480-solicitantes-de-asilo-conforme-reubicacion-en-ue,10f2b3514d58e504b183284f218a50be68a77d32.html

http://mundohispanico.com/noticias/inmigracion/acusan-estafa-contra-migrantes

http://www.eltiempo.com/mundo/europa/colombianos-legales-en-espana/16537908

http://www.lavanguardia.com/vida/20170102/413051739822/una-inmigrante-ilegal-somali-muere-a-causa-del-frio-en-el-sur-de-bulgaria.html

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