La modernización neoliberal en México

En el caso de México, este nuevo modelo económico abrió las puertas de su economía hacia el exterior.

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La modernización neoliberal en México

La globalización y la interdependencia económica entre las naciones, se extendía a nivel mundial, dando origen a la formación de bloques económicos, los cuales se formaron entre países que compartían fronteras comunes, como fue el caso de la Comunidad Económica Europea o entre aquellas naciones con intereses económicos similares, pero ubicadas en regiones geográficas distintas. Estados Unidos e Inglaterra, desde 1980, habían puesto en marcha la nueva política económica neoliberal. Ésta se caracterizó por frenar la intervención del Estado en los procesos económicos, los cuales se sometieron a las leyes de la oferta y de la demanda, y fomentar la privatización de empresas antes bajo el control del Estado. Así mismo, se rompieron barreras proteccionistas y se permitió la entrada de inversiones, mercancías y servicios de otros países. A la vez, esta tendencia se acompañó del recorte del gasto público.

Oficialmente se pretendió que organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el GATT fueran los vasos comunicantes que permitirían la nivelación de las economías de todas las naciones en un concierto mundial, en donde cada una realizaría un trabajo específico. Algunos países proveerían mano de obra o materia prima para la industria de otros, o bien que algunos ofrecerían al mercado recursos naturales para que otras naciones le dieran uso industrial o finalmente, que unos ofrecieran servicios financieros eficientes.

En teoría, el mundo entero participaría en la erradicación de la pobreza y el hambre. Sin embargo, existen inequidades regionales con respecto a salarios, tarifas aduanales, bienes y servicios, entre otros aspectos. La presión de este modelo económico comenzó a repercutir por todo el orbe. Países de América Latina comenzaron a formar asociaciones y tratados comerciales tales como la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI, 1980), cuyo objetivo es crear un mercado común de acuerdo al grado de desarrollo de cada país, y el MERCOSUR (1985) bloque comercial para promover el intercambio y movimiento de bienes, personas y capital integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela.

En el caso de México, este nuevo modelo económico abrió las puertas de su economía hacia el exterior; se pasó de un modelo más o menos cerrado que veía hacia el interior, de baja competitividad, a otro abierto que estimulaba la competencia. La aplicación de este proceso se inició con el gobierno de Miguel de la Madrid, se hizo factible con el de Carlos Salinas de Gortari y continúa vigente hasta nuestros días.

Durante el sexenio de Miguel De la Madrid, México ingresó, en 1986, al GATT (Acuerdo Internacional de Aranceles y Comercio, General Agreement Tariffs and Trade) en el que se proyectó la regulación de la economía mundial, reduciendo barreras comerciales y aranceles; es el antecedente de la actual Organización Mundial del Comercio (OMC). A nivel mundial se reconoció que los lineamientos del GATT serían el marco legal internacional para todo acuerdo o tratado de comercio que se pactara en lo sucesivo. Este acuerdo representó la participación definitiva de nuestro país al sistema neoliberal. Se abrieron las fronteras comerciales, surgieron empresas importadoras que llenaron el mercado de diversos productos extranjeros.

Mientras se negociaba la entrada de México al GATT, el país celebraba la copa mundial de fútbol. En ese entonces era Secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari.

Un año antes de la firma del GATT, la sociedad mexicana se vio afectada por los desastres ocasionados por el terremoto de 1985. En octubre de 1987 México vivió una crisis financiera: el crack de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Afectó a grandes empresarios y a incautos ahorradores individuales, que atraídos por las ganancias o dividendos que ofrecía la BMV como producto de la entrada de México al GATT, invirtieron en ella parte de sus capitales. Este contexto económico se acompañó de una crisis política derivada de las elecciones presidenciales de 1988 que colocaron a Carlos Salinas de Gortari en la primera magistratura. La transparencia y legitimidad de este proceso electoral fueron severamente cuestionadas dentro y fuera del país. Salinas de Gortari estaba altamente interesado en labrarse una imagen positiva al exterior, tanto de su persona como del país. Para lograrlo asistió al Foro Económico Mundial de Davos en 1990 y organizó la Primera Cumbre Iberoamericana.

La Primera Cumbre Iberoamericana se celebró en Guadalajara, Jalisco, en julio de 1991, asistieron 19 países latinoamericanos y Andorra, Portugal e España por parte del continente europeo. La Cumbre tenía dos objetivos: dar un rostro internacional a México y resaltar la figura del presidente mexicano en los foros económicos mundiales.

Durante las exposiciones del Foro se evidenció la problemática en la que se encontraba inmersa Europa por la paulatina desaparición del bloque socialista. El viejo continente estaba más preocupado por sí mismo que interesado en establecer, por el momento, nuevos vínculos comerciales fuera de la región. Por otro lado, el gobierno y los grandes capitales estadounidenses vieron el peligro de que, una vez desaparecido el bloque socialista, Europa formara una efectiva comunidad económica, que podría significar un severo contrapeso al dominio económico mundial de Estados Unidos. Surgió entonces la necesidad de crear un mercado común regional en América del Norte que contara con el capital estadounidense, la mano de obra y los recursos naturales mexicanos y con el capital y la presencia y honorabilidad de Canadá.    

En este sentido, el objetivo de Salinas de Gortari como presidente se concentró en hacer creer a la opinión pública mexicana de que se necesitaba convencer a Estados Unidos de interesarse en comerciar con México. Llevar a cabo este acuerdo implicó tiempo y largas negociaciones, era necesario tomar en cuenta las enormes diferencias de infraestructura, sistemas productivos, relaciones laborales y formas de gobierno, lo que significaba poner de acuerdo a dos mundos distintos. De inicio, el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), era un acuerdo comercial entre dos naciones desarrolladas y una del tercer mundo. No fue fácil para la sociedad mexicana aceptar este fuerte vínculo económico con una nación con la que históricamente existían resentimientos y desavenencias. Con el TLCAN, además, México entraba de lleno a la política neoliberal global, algo que no todos los sectores de la sociedad veían con buenos ojos.

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Las políticas   implementadas en buena parte del mundo a partir de los años ochenta del siglo XX, se caracterizaron por la disminución del papel del   en la economía, fomentar la privatización de empresas paraestatales y lograr acuerdos comerciales internacionales. Entre estos, en la región  , destacaron   y  . Los dos presidentes mexicanos que comenzaron a implementar estas medidas fueron Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Como señales de las nuevas políticas podemos mencionar la organización de la   en Guadalajara en julio de 1991, y la firma del   en 1984.

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