Las fuentes como materia prima del historiador
La Historia entendida como disciplina y actividad científica surge durante el siglo XIX en el mundo occidental. La palabra Historia significa indagación, averiguación o investigación de los hechos pasados del hombre.
Es hasta después de un largo proceso que culmina el siglo XIX, cuando en Europa se profesionaliza la historia y surge el gremio de los historiadores. Desde el principio se le atribuyó al término historia un doble significado interdependiente:
- Las acciones humanas del pasado (historia acontecida o historia viva).
- El estudio y/o relato de esas acciones humanas (historia interpretación o Historiografía).
Es así que el historiador como científico, cuando investiga los hechos del pasado, cuenta con una materia prima: las fuentes.
Códice Florentino, siglo XVI
Fuente: insert_link loc.gov
Entendemos por fuente todo documento, testimonio o simple objeto, que sin haber sufrido ninguna reelaboración sirve para trasmitir un conocimiento total o parcial de los hechos pasados. Esta definición es muy amplia, ya que el historiador puede y debe echar mano de cuanto represente un mensaje de otras épocas. Sin embargo, para no perderse en esa masa de fuentes, éstas se someten a una difícil clasificación práctica y operativa donde se sistematizan de acuerdo a su diversidad.
Las fuentes tienen que ver también con la etapa histórica en la que se gestaron; por ejemplo, la prensa es una fuente importante para los siglos XIX, XX y XXI, la fotografía y la filmografía para los últimos cien o ciento veinte años, mientras que las obras plásticas, los restos monumentales, las piedras y los pergaminos escritos son fuentes dominantes para otras épocas más remotas.
de Crimea, soldados retratados por Roger Fenton, 1855
Fuente: insert_link Wikipedia.