Sumemos al análisis de la problemática mencionada, el factor adicional del petróleo: hubo una rápida subida de los precios de dicha materia prima, fenómeno en el que predominaron motivaciones políticas esgrimidas por los países árabes de la OPEP, por el apoyo que Estados Unidos y algunas potencias europeas brindaron a Israel en la Guerra de Yom Kippur (1973).
De esos hechos bélicos y diplomáticos, se derivó la llamada "Guerra del petróleo", iniciada casi al finalizar el conflicto. Fue una toma de conciencia de los países árabes como productores y exportadores del petróleo, y por lo mismo de una presión económica contra las potencias occidentales que apoyaban a Israel. Los países árabes integrantes de la OPEP se unieron para defender el precio del hidrocarburo, lo que se logró con un éxito considerable, pues se consiguió el aumento del precio del barril de 3 a 11 dólares en dos años. Los efectos del aumento de los precios del petróleo en la economía mundial fueron devastadores, ya que incrementaron aún más los precios en general y al mismo tiempo redujeron la producción de los países industriales, puesto que bajó la demanda del hidrocarburo. Aunque los ingresos de los productores de petróleo pasaron de 36 millones de dólares en 1973 a 281 mil millones en 1980, esto era sólo una recuperación simbólica.
A la situación de por sí grave se sumó la desocupación. El desempleo en dieciséis países desarrollados pasó del 2,59 por ciento de la población activa en 1973 al 4,85 por ciento en 1980; lo que hizo aflorar una realidad nueva caracterizada por la combinación de estancamiento económico con inflación y estabilidad de precios, pero los resultados no fueron suficientes. La implantación del neoliberalismo en el mundo y el desmantelamiento del estado benefactor.
La crisis de los 70 fue de gran trascendencia, ya que entre sus consecuencias se encuentra el abandono del Estado de bienestar y la implantación de un nuevo modelo de política económica: el neoliberalismo. La crisis tuvo el doble efecto de frenar el crecimiento y justificar cambios en la teoría económica. Al principio los gobernantes trataron de neutralizar su impacto tomando medidas desde el Estado, pero la pobreza de los resultados cambió las cosas: así, desde 1976 se patrocinaron fórmulas neoliberales que responsabilizaron de la crisis al Estado de bienestar, defendieron la liberación del mercado y, por tanto, la desregulación entendida como la suspensión de normas que pretendían hacerlo funcionar, así como el desmantelamiento de los mecanismos que hasta entonces habían regido el sistema económico. De esta manera se inició una nueva etapa.
En este proceso de revisión teórico-práctica de la economía, la escuela monetarista, encabezada por Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, adquirió mayor audiencia por sus recomendaciones relativas al control de la política monetaria y al mantenimiento de un equilibrio presupuestario rígido. Un aspecto significativo fue la consolidación en Estados Unidos y Gran Bretaña de políticas económicas centradas en la disminución del gasto público y el control de la oferta monetaria, en búsqueda del equilibrio presupuestario. Eran medidas más o menos aisladas de las décadas de los setenta y ochenta, pero que apuntaban al abandono del Estado benefactor.