La crisis del petróleo y su impacto en el deterioro del estado benefactor

En 1960 se fundó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Esta organización tiene una gran influencia en el mercado del petróleo.

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La crisis del petróleo y su impacto en el deterioro del estado benefactor

Con el desarrollo de la Tercera revolución industrial y la caída del Muro de Berlín se suscitaron una serie de cambios que modificaron el panorama económico, político y social del mundo. En específico la crisis de 1973, que tuvo como una de sus causas los precios del petróleo, ello tuvo consecuencias directas e indirectas sobre los cimientos del estado benefactor que, junto con la caída de los principales regímenes socialistas, llevó a la implantación del neoliberalismo como política económica.

La crisis del petróleo y su impacto en el deterioro del estado benefactor

El impulso de la economía mundial se detuvo en los años 70, produciéndose a partir de 1974 una caída del PIB en la mayoría de los países industrializados. Las primeras explicaciones de este fenómeno lo ligaban principalmente al alza de los precios de las materias primas, en particular, del petróleo. En ese momento la incidencia de dicho energético en la economía del mundo era de tal magnitud, que la decisión de subir su precio en 1973-1974 por parte de los países productores agrupados en la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) provocó que se generalizara la expresión “crisis del petróleo”.

En el periodo de expansión del capitalismo se había desarrollado una confianza creciente sobre las posibilidades de controlar la economía desde el gobierno. Los principios macroeconómicos apuntados por el economista británico John Maynard Keynes parecían adecuados para hacer ajustes, principalmente, respecto al terreno fiscal (impuestos, inversiones y gastos del gobierno).

Retrato de Keynes. John Maynard Keynes, economista inglés cuyas teorías fueron la base del Estado de Bienestar.

Fuente: insert_link Wikipedia

La inflación a fines de los años 60 adquirió una dinámica preocupante. Esto provocó una oleada de aumentos salariales; además, el déficit de la balanza de pagos de Estados Unidos puso en claro que el dólar estaba valuado por encima de su valor real. Esto obligó, de alguna manera, al entonces presidente Richard Nixon a adoptar en 1971 la suspensión de la convertibilidad del dólar, que a su vez condujo a la crisis del sistema monetario internacional.

Ante estos problemas muchos gobiernos implantaron políticas expansivas que produjeron un dinamismo excesivo de la economía, cuyo resultado fue incrementar la inflación. Fue en estas circunstancias que se produjo la elevación de los precios de las materias primas –consecuencia del crecimiento de la demanda de una economía en rápida expansión- y esto invirtió una situación que desde los años 50 se había caracterizado por un deterioro de los términos de intercambio para los productos primarios y que lesionaba a las economías subdesarrolladas.

Sumemos al análisis de la problemática mencionada, el factor adicional del petróleo: hubo una rápida subida de los precios de dicha materia prima, fenómeno en el que predominaron motivaciones políticas esgrimidas por los países árabes de la OPEP, por el apoyo que Estados Unidos y algunas potencias europeas brindaron a Israel en la Guerra de Yom Kippur (1973).

De esos hechos bélicos y diplomáticos, se derivó la llamada "Guerra del petróleo", iniciada casi al finalizar el conflicto. Fue una toma de conciencia de los países árabes como productores y exportadores del petróleo, y por lo mismo de una presión económica contra las potencias occidentales que apoyaban a Israel. Los países árabes integrantes de la OPEP se unieron para defender el precio del hidrocarburo, lo que se logró con un éxito considerable, pues se consiguió el aumento del precio del barril de 3 a 11 dólares en dos años. Los efectos del aumento de los precios del petróleo en la economía mundial fueron devastadores, ya que incrementaron aún más los precios en general y al mismo tiempo redujeron la producción de los países industriales, puesto que bajó la demanda del hidrocarburo. Aunque los ingresos de los productores de petróleo pasaron de 36 millones de dólares en 1973 a 281 mil millones en 1980, esto era sólo una recuperación simbólica.

A la situación de por sí grave se sumó la desocupación. El desempleo en dieciséis países desarrollados pasó del 2,59 por ciento de la población activa en 1973 al 4,85 por ciento en 1980; lo que hizo aflorar una realidad nueva caracterizada por la combinación de estancamiento económico con inflación y estabilidad de precios, pero los resultados no fueron suficientes. La implantación del neoliberalismo en el mundo y el desmantelamiento del estado benefactor.

La crisis de los 70 fue de gran trascendencia, ya que entre sus consecuencias se encuentra el abandono del Estado de bienestar y la implantación de un nuevo modelo de política económica: el neoliberalismo. La crisis tuvo el doble efecto de frenar el crecimiento y justificar cambios en la teoría económica. Al principio los gobernantes trataron de neutralizar su impacto tomando medidas desde el Estado, pero la pobreza de los resultados cambió las cosas: así, desde 1976 se patrocinaron fórmulas neoliberales que responsabilizaron de la crisis al Estado de bienestar, defendieron la liberación del mercado y, por tanto, la desregulación entendida como la suspensión de normas que pretendían hacerlo funcionar, así como el desmantelamiento de los mecanismos que hasta entonces habían regido el sistema económico. De esta manera se inició una nueva etapa.

En este proceso de revisión teórico-práctica de la economía, la escuela monetarista, encabezada por Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, adquirió mayor audiencia por sus recomendaciones relativas al control de la política monetaria y al mantenimiento de un equilibrio presupuestario rígido. Un aspecto significativo fue la consolidación en Estados Unidos y Gran Bretaña de políticas económicas centradas en la disminución del gasto público y el control de la oferta monetaria, en búsqueda del equilibrio presupuestario. Eran medidas más o menos aisladas de las décadas de los setenta y ochenta, pero que apuntaban al abandono del Estado benefactor.

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La crisis de 1973 está ligada al alza de las materias primas, en especial del petróleo.

Fue el economista norteamericano Milton Freeman quien propuso el crecimiento equilibrado con “pleno empleo”.

La Guerra del Yom Kippur (1973) fue una de las motivaciones políticas que la OPEP esgrimió para subir los precios del petróleo.

Margaret Thatcher, a la cabeza del Partido Conservador norteamericano, ganó las elecciones e implantó un programa de corte neoliberal.

El “nuevo orden” que trajo el neoliberalismo hizo que el gobierno de EU quisiera llevar a su país a ser la máxima potencia mundial.

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