El arte contemporáneo

El arte contemporáneo no hace ninguna referencia a nada, ni al pasado ni a ningún estilo: se le da el uso que quiera. No hay criterios a priori de cómo debe verse el arte: no hay relato al que se tengan que ajustar los contenidos de los museos.

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El arte contemporáneo

El arte contemporáneo tiene mayor extensión porque cubre todo, pero sin un estilo identificable: no hay ninguna directriz definida. El arte del pasado está a la disposición del presente para el uso que se le quiera dar

Acción coyote. Joseph Beuys

El contemporáneo es un periodo de información desordenada, es la entropía estética. Todo está permitido. No obstante, desde el punto de vista positivo, las situaciones imprevisibles, discontinuas del arte actual le dan una vitalidad nunca antes vista.

El arte contemporáneo también se puede apropiar de imágenes y significados ya establecidos y otorgarles una nueva identidad, con lo que se rompe la idea de unidad de estilo. Se eliminan las propiedades visuales particulares que deba de tener una obra de arte.

Ceci n’est pas une pipe, not Magritte. Mike Bidlo

La anterior conceptualización tiene consecuencias con la manera de visualizar a los museos. Los museos, como menciona Danto, tuvieron una primera etapa en la que se consideraban “tesoros de gran belleza visual”. En su segunda etapa, y albergando al arte moderno, son un “relato lineal progresivo de secuencias históricas”; pero ahora, a partir del arte contemporáneo, no se necesitan, ni con sus intenciones, ni con sus acciones, ni con sus espacios; es más, pueden chocar con el acercamiento del espectador y la obra, por lo que no tienen por qué existir como tales.

Ante todo lo anterior, surgió el llamado “Arte del Público”, o arte extra-museístico. Tuvo que preguntarse ¿para qué tipo de público?, pues no todos los públicos son lo mismo. Surge, entonces, Culture in Action en Chicago presentándose en parques, plazas y otros espacios abiertos como barrios y suburbios. Otro ejemplo es el de Iñigo Manglano-Ovalle trabajando el tema de la inmigración o los grupos chicanos de Tijuana.

Existe otra postura respecto al arte y los usos que le damos. Deriva de George Dickie, quien hace manifiesto cómo llamamos obras de arte a aquellas que ya fueron conferidas con el status del arte, es decir, aquellas piezas que merecen ser llamadas tales, pero que esto se hace bajo trasfondos vagos y no a la manera de las leyes, ya que la institución del arte es informal. Lo anterior lo lleva a redefinir el papel de los sujetos del arte antes vistos.

De esta manera:

El artista es el que tiene la lógica de la elaboración de la obra de arte.

El público es el conjunto de personas que están preparados para comprender lo que es presentado.
Si pensamos, entonces, después de todo lo visto ¿para qué sirve el arte? Nos atrevemos a decir lo que afirmaba Hans- Georg Gadamer: “el arte sirve para poder manejar las necesidades básicas del hombre a través del juego, el símbolo y la fiesta”.

doneEl arte es juego, es el movimiento que no tiende a una meta final: es movimiento por movimiento.

Es juego porque es repetición, es un ir y venir, el artista vuelve una y otra vez a su obra, al igual que el espectador.

doneEl arte es juego porque es participación, solo existe arte cuando es para el otro. Cada vez más el arte tiende a romper la distancia entre público y obra. Por ejemplo, en las instalaciones.

El juego al igual que el arte implica reglas racionales, pero libres de fines.

El juego es arte porque transforma. No se es la misma persona antes de entrar al museo que después de salir del mismo.

doneEl arte es símbolo porque los espectadores llenan vacíos. El símbolo nos completa, nos ayuda a integrarnos. Remite a la memoria y a las asociaciones. Siempre remite “a otra cosa” y siempre es susceptibles de tener otra interpretación.

doneEl arte también es para Gadamer, fiesta, porque es sinónimo de participación colectiva. La fiesta es siempre comunitaria, es de todos, al igual que el arte. La fiesta es celebración. Al igual que el arte que es para compartir, para todos. La fiesta rompe la cotidianidad de un tiempo repetitivo, el arte llena otro tiempo y nos llena a nosotros en él.

Según Sánchez Vázquez, “el hombre es ante todo un ser práctico, transformador o creador, que produce una ‘naturaleza humanizada”. Entonces, el arte es una actividad humana básica. Si esto es así, arte y hombre son un binomio necesario: solo hay arte por y para el hombre.

Como has visto, las obras de arte son ante todo creaciones que pueden cumplir muy diversos fines: mágico, religioso, político, lúdico, económico, etcétera; a pesar de que en un principio el hombre no tenga clara conciencia de qué están produciendo este tipo de creaciones. Por ejemplo, la arquitectura y la pintura religiosa cumplían primordialmente una función religiosa aunada a la de la apreciación estética, pero ésta, sobretodo antes de la modernidad, no veía al arte de forma autónoma en el sentido de “apreciar lo que es el arte”, sino que lo importante era su parte religiosa.

Descendimiento.Van der Weyden

No obstante, pareciera que esta cuestión de la muerte del arte se está dando en tanto que éste está perdiendo su carácter de necesidad vital o su altísima función social.

Sánchez Vázquez argumenta que entre más autonomía adquiría el arte, en tanto su sentido estético y de contemplación, más se debía a las condiciones sociales y a la división social del trabajo.

Aclaremos:

Según el autor, el hecho de que la obra de arte se convierta cada vez más en mercancía (con lo que se vuelve una rama de la actividad económica), se debe a que su valor de uso (el estético) tiene que ajustarse al valor de cambio en el mercado; por tanto, las obras de arte se ajustan a las leyes de la economía de la producción. Lo anterior niega a la obra de arte su verdadero valor, el estético, o sea el valor de uso. Con ello se niega la propia esencia del arte: la creación. En este proceso no interviene para nada la voluntad del artista: él, también, se vuelve parte del mercado.

El arte se ha convertido en mercancía, se ajusta al valor del cambio y del mercado.

Pero si se da la contradicción entre la producción material y la obra de arte, para obtener los mayores beneficios, se necesita de una producción masiva. Esta última sólo se puede alcanzar estandarizando y haciendo homogéneos los gustos y las necesidades del consumidor. A esto no se presta el verdadero arte, pero en su lugar surge todo un arte banal o pseudo-arte y es el que, en vez de crear, contribuye a seguir enajenando al hombre; deformando y rebajando el gusto. En este sentido, sí se puede hablar de la muerte lenta y progresiva del arte.

Paradójicamente, en la época de la comunicación masiva, la comunicación artística se encuentra totalmente incomunicada. Es decir, el arte moderno y contemporáneo se ha quedado sin público. Parece que habla en un lenguaje críptico sólo para unos cuantos. La obra de arte está completamente separada de las masas, ya que debido a la deformación del gusto de ésta última no se pueden comunicar con lo que se está limitando la función social del arte; porque, por un lado, está una pequeña elite, y, por otro, las grandes masas.

Asimismo, hay quienes consideran que tratar de unir al arte con la tecnología es aberrante para los verdaderos valores estéticos. Este grupo es el que se aferra a una visión del arte completamente obsoleta que no forma parte de la realidad en la que vivimos, pues en ella la tecnología juega un papel vital.

Hay que entender que no es la tecnología en sí misma la que podría tener una función negativa para el hombre, sino el uso que el hombre le da, sin olvidar que la tecnología también es parte de la creación humana, del desarrollo transformador del hombre.

La técnica puede tener y satisfacer una necesidad estética. La estética se introduce en el seno mismo de lo útil. El arte se enriquece cuando, a partir de la creación, logra utilizar a la técnica a partir de la estética.

Autoevaluación

Arrastra los complementos a la frase “el arte es…..” considerando lo que se ha leído en esta lección.


El arte contemporáneo:

un misterio como la energía misma
algo que subsiste siempre en la historia humana
es purificación, terapia y éxtasis
un medio para revelar lo divino y el éxtasis espiritual
peligrosa por amenazar ideas establecidas
poder porque influye en la razón y en los sentimientos
algo que jamás se volverá popular, propio de unos cuantos
el reflejo del aburrimiento del ser humano algo que subsiste siempre en la historia humana
una receta que hay que seguir y obtener bellos resultados