¿Qué es la literatura?

De manera general, con este término se hace referencia a todo lo que está escrito porque “literatura” viene de "letra". Sin embargo, hoy en día lo que llamamos literatura se refiere a algo más específico.

Dice Alfonso Reyes en su ensayo "Apolo o de la literatura": “La literatura posee un valor semántico o de significado, y un valor formal o de expresiones lingüísticas. El común denominador de ambos valores está en la intención. La intención semántica se refiere al suceder ficticio; la intención formal se refiere a la expresión estética. Solo hay literatura cuando ambas intenciones se juntan. Las llamaremos, para abreviar, la ficción y la forma".

Así que dos elementos combinados forman la literatura: un hecho ficticio que se quiere transmitir y la forma que el autor selecciona para hacerlo. Estos dos elementos conforman la intención estética, que es el elemento que define a la literatura.

Ilustración de Gustave Doré's al - Don Quijote- de Miguel de Cervantes Saavedra, Wikimedia Commons

Para saber más, revisa el siguiente video:

Otro aspecto fundamental en la definición de literatura es el factor de ficcionalidad, es decir, todo lo que leemos en los textos literarios es ficción, aun cuando se refiera a un hecho real, pues el autor literario recrea ese hecho real y lo vuelve ficción.

Por ejemplo, los poetas se refieren con frecuencia a personas amadas que son reales, sus sentimientos lo son también, pero al escribirlos y crear sus versos, los poetas transforman esa realidad en literatura.

La mejor forma de leer textos literarios es estableciendo un vínculo entre el lector y el texto, por ello es importante conocer el significado de la palabra “Empatía”:

Ramón López Velarde, Wikimedia Commons

Empatía es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro, puede ser concebida como el sentimiento de participación afectiva o emocional de una persona con la realidad que afecta a otra. Esta identificación lleva a las personas a sentir como común una problemática y expresarla con el pronombre “nosotros” para indicar esa identificación. Esto es involucrarse emocionalmente con los textos literarios, gozar las emociones estéticas de los poetas, sufrir con las desventuras de los personajes de cuentos y novelas, vivir los momentos de angustia y alegría. Es una forma activa de leer literatura.

Después de lo anterior, ¿puedes encontrar la intención estética en esta estrofa del poema "Me estás vedada tú" de Ramón López Velarde?

Me está vedado conseguir que el viento
y la llovizna sean comedidos
con tu pelo castaño.
Me está vedado oír en los latidos
de tu paciente corazón (sagrario
de dolor y clemencia)
la fórmula escondida
de mi propia existencia

¿Cuál sería la intención estética de este poema?

El poeta quiere trasmitir su frustración al no poder acercarse a la mujer amada y decirle lo que siente por ella, y lo hace por medio de versos, de expresiones hermosas, estéticas, específicas. Esa sería la intención estética de este texto.

Otro ejemplo es el siguiente texto de género narrativo, "A la deriva", de Horacio Quiroga.

“El hombre pisó algo blanduzco, y enseguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque. El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó sangre el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.”

En este caso la intención estética del autor es trasmitir las sensaciones que experimenta un ser humano al ser mordido por una víbora y lo hace con expresiones adecuadas y accesibles, con un lenguaje sencillo y propio del lugar donde se desarrolla la obra.

Recuerda: la intención estética se conforma a partir del fondo, es decir, lo que el autor quiere trasmitir, y la forma que selecciona para hacerlo.

Autoevaluación

Identifica en los siguientes textos la intención estética.

“No espero ni pido que alguien crea en el extraño, aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de causas y efectos naturales.” ²
² (Edgar Allan Poe, El gato negro)