Las preguntas centrales de la narración

Los diferentes géneros narrativos se caracterizan por presentar elementos que responden a 5 preguntas básicas que determinan el contenido del texto que se trate.

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Las preguntas centrales de la narración

Los diferentes géneros narrativos se caracterizan por presentar elementos que responden a 5 preguntas básicas que determinan el contenido del texto que se trate. Sin importar si es una narración histórica, un relato literario (fábula, cuento, leyenda, etc.) o una crónica, son semejantes en ellas.

Para que tengas claridad en lo que son estos elementos, lee la siguiente definición:

Preguntas centrales de la narración (Tópicos textuales)Noción derivada de la inventio, primera de las partes de la retórica; es lo que hoy llamamos contenido. Aristóteles llamaba tópica al método consistente en la formulación de las preguntas: ¿quién?, ¿qué?, ¿dónde?, ¿con ayuda de quién?, ¿por qué?, ¿de qué modo?, ¿cuándo? Tales preguntas refieren a los lugares comunes del discurso. De aquí ha derivado un esquema para redactar noticias periodísticas, y por extensión, otros géneros.

En suma, los géneros narrativos son textos verbales que se organizan de acuerdo con estas preguntas para saber su contenido: qué se cuenta, quién participa en lo que se cuenta, cuándo y dónde sucede lo que se cuenta, por qué pasó lo que se cuenta y cómo pasó lo que se cuenta.

Autoevaluación

Después de leer el siguiente texto responde el cuestionario que le sigue y compara tus respuestas:

Era época de navidad, época en que solíamos ir a estar con los abuelos que viven en una localidad llamada Alchichica, en Puebla. Estábamos pues, toda la familia, reunidos alrededor de la mesa durante la cena del día 24 de diciembre.

Al terminar los alimentos, comenzó la plática de los mayores. Aunque a mí no me llamaba mucho la atención esa conversación, cuando empezaron a relatar experiencias misteriosas que les habían sucedido o les habían contado, me quedé y puse mucha atención.

Mi abuelo tomó la palabra, todos atendimos lo que estaba diciendo:

– A mí me pasó algo muy extraño cuando tenía como 26 años–, dijo para comenzar. Por esos días mi compadre Lupe quería quedar bien con una muchacha del pueblo y nos pidió, a mí y a otros amigos, que le ayudáramos a llevarle serenata, y como éramos muy amigos, pues le echamos la mano.

– Ese día fuimos a la serenata, no sabíamos cantar pero ahí estábamos. Después de que terminó, y de que mi compadre platicara bastante rato con la muchacha, nos fuimos toda la bola a una cantina a festejar un poco. No tomamos más que unas dos cervezas pues al día siguiente teníamos que trabajar temprano. Pero hasta que nos dimos cuenta de que eran las dos de la mañana nos fuimos rápido.

– Como mi compadre Lupe vivía por donde vivía yo, nos fuimos juntos caminando por la carretera hasta la laguna, donde la carretera hacia una curva para rodearla. Como si nos íbamos por la carretera caminaríamos más, entonces nos fuimos por un sendero que iba por la orilla de la laguna.

– Íbamos platicando de la serenata y riendo también de otras cosas. Estábamos un poco alegres por las cervezas pero no borrachos, porque borrachos no llegábamos a nuestras casas. Ya que estábamos cerca de la laguna sentimos el aire muy frío. A pesar de eso le dije a mi compadre que hacía más frío de lo normal; entonces nos miramos pero ya no estábamos tan risueños. Mi compadre me dijo que mejor nos apuráramos para llegar pronto.

- Cuando caminábamos muy cerca de la laguna, cerca del tanque de agua, [decía mi abuelo refiriéndose a un viejo tanque de agua que lleva años abandonado, tiene grafiteados unos rostros muy escalofriantes, así como el entorno de vegetación muy misterioso y contrastante con el resto del lugar] yo sentí como un frío en la espalda y como si se me pararan lo cabellos de la nuca, y creo que mi compadre sintió lo mismo porque nos volteamos a ver al mismo tiempo; y antes de que nos dijéramos algo, miré de reojo que junto del tanque venía alguien de blanco y volteé a verlo, ¡y que se nos aparece la llorona!

- Pegamos un grito y nos echamos a correr. Mi compadre hasta aventó la guitarra. La llorona nos correteó un buen tramo, yo volteé una vez cuando íbamos corriendo y vi un poco de su cara. Tenía los cabellos como si estuvieran muy mugrosos y pegados, su cara era muy fea, de una mujer pero muy parecida a una mula, y abría el hocico como unos 30 centímetros.

– Cuando llegamos otra vez a la carretera, ella ya no estaba y mi compadre y yo no sabíamos qué hacer. Entonces nos quedamos un rato en la gasolinera y ya después de que nos calmamos seguimos caminando pero algo asustados todavía.

Esa fue la historia que mi abuelo nos contó esa noche del 24 de diciembre. Todos estábamos callados y algo reflexivos. No sé por qué el ambiente se sentía incómodo después de esa historia, cuando de pronto todos escuchamos…

Autor: Jhossef Muñoz Moreno (revisión: Socorro Román)

1. ¿Qué sucedió?

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El abuelo cuenta que fue asustado por la llorona.

2. ¿Quién participó?

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Mi abuelo y un amigo suyo.

3. ¿Cómo ocurrió el hecho principal?

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Mientras caminaban por la madrugada, tras haber bebido un poco, de regreso a sus casas y a orillas de una laguna.

4. ¿Cuándo sucedió?

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Cuando el abuelo tenía alrededor de 26 años.

5. ¿Dónde sucedió?

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A orillas de la laguna de Alchichica, Pue.

6. ¿Por qué sucedió?

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Por caminar a altas horas de la madrugada por lugares solitarios.

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