Ficción

La ficción en el texto literario evoca un universo o experiencia mediante el lenguaje y busca representar la condición humana manifiesta en historias particulares.

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Ficción

Ficción

La Real Academia de la Lengua define ficción como una clase de obras literarias o cinematográficas, generalmente narrativas, que tratan de sucesos y personajes imaginarios.

Toda obra literaria desde la perspectiva de Saganogo (2007) implica una noción de ficción, en tanto que las frases literarias no aluden obligatoriamente a acciones reales. Esto es, representan y recrean un mundo imaginario en el que las aseveraciones no son literalmente verdaderas, por lo que un elemento muy importante en este tipo de textos literarios es el sentido figurado.

Al leer narraciones literarias el lector puede realizar inferencias y previsiones a partir de la estructura del relato. Por ejemplo, en una novela de aventuras sabemos que en algún momento los personajes enfrentarán un peligro y que lo superarán, no obstante, nos interesa saber cómo lo harán. Por ejemplo, en El señor de los anillos, Frodo es herido por un trol y parece una herida fatal, pero se salva debido a una coraza mágica. Nos damos cuenta de función que tiene la coraza y en lo sucesivo sabremos que sí la vuelve a usar, se puede salvar.

Cuando leemos somos capaces de identificar a los personajes y a las situaciones o vivencias que se describen, con base en el reconocimiento de las condiciones y sistema de valores de los mundos alternativos que se han recreado. En el caso del ejemplo anterior, identificamos a Frodo como un personaje cuyo papel es el de un héroe que tiene la misión de destruir al Mal. El mundo alternativo donde ocurre la historia es fantástico, por eso sus condiciones hacen creíble la existencia de árboles animados, fantasmas que combaten, magos, etcétera; comprendemos que se trata de un mundo donde hay “buenos” y “malos”.

Así mismo, la narrativa se distingue por ser una recreación artística de la realidad con el propósito de compartir una visión del mundo que el autor presenta al lector buscando producir un efecto. Es por esto que los textos nos permiten reconocer la intención artística y adquirir la habilidad de interpretar el lenguaje figurado. En el caso particular del ejemplo que hemos venido comentando, la intención de J. R. Tolkien (autor de la obra literaria “El Señor de los Anillos”), puede ser proponer una visión crítica de su mundo, o por el contrario, exaltar una forma de vida particular. Como quiera que sea, en cuanto a la ficción en el texto literario, lo principal se refiere a que a través de ésta se evoca un universo o experiencia mediante el lenguaje y busca representar la condición humana manifiesta en historias particulares.

Un fragmento de la obra El muerto, de Jorge Luis Borges, nos permite ver un momento del mundo ficcional que el autor crea en su obra. El autor con sus palabras crea el mundo de Benjamín Otálora y lo crea a él mismo. Nada de eso es cierto todo corresponde al mundo de la ficción. Todo viene de las vivencias del autor, de su conocimiento del mundo, de su entorno, pero esa situación, esos personajes, esos lugares son imaginarios.

“Benjamín Otálora cuenta, hacia 1891, diecinueve años. Es un mocetón de frente mezquina, de sinceros ojos claros, de reciedumbre vasca; una puñalada feliz le ha revelado que es un hombre valiente; no lo inquieta la muerte de su contrario, tampoco la inmediata necesidad de huir de la República. El caudillo de la parroquia le da una carta para un tal Azevedo Bandeira, del Uruguay. Otálora se embarca, la travesía es tormentosa y crujiente; al otro día, vaga por las calles de Montevideo, con inconfesada y tal vez ignorada tristeza.”

En otra obra literaria totalmente distinta podemos ver otro ejemplo, esta vez un fragmento de la obra de Mary B. Shelley, “Frankenstein”, en la que la autora crea un mundo ficticio con su personaje igualmente inventado.

“Cuando cayó la noche, salí de mi refugio y vagué por el bosque; y ahora, que ya no me frenaba el miedo a que me descubrieran, di rienda suelta a mi dolor, prorrumpiendo en espantosos aullidos. Era como un animal salvaje que hubiera roto sus ataduras; destrozaba lo que se cruzaba en mi camino, adentrándome en el bosque con la ligereza de un ciervo. ¡Qué noche más espantosa pasé! Las frías estrellas parecían brillar burlonamente, y los árboles desnudos agitaban sus ramas; de cuando en cuando el dulce trino de algún pájaro rompía la total quietud. Todo, menos yo, descansaba o gozaba. Yo, como el archidemonio, llevaba un infierno en mis entrañas; y, no encontrando a nadie

que me comprendiera, quería arrancar los árboles, sembrar el caos y la destrucción a mi alrededor, y sentarme después a disfrutar de los destrozos”

Un ejemplo más de un mundo creado por la ficción, está en la obra de Edgar Allan Poe, en su obra Hop-Frog.

“Su «loco», o bufón profesional, no era tan sólo un loco. Su valor se triplicaba a ojos del rey por el hecho de que además era enano y cojo. En aquella época los enanos abundaban en las cortes tanto como los bufones, y muchos monarcas no hubieran sabido cómo pasar los días (los días son más largos en la corte que en cualquier otra parte) sin un bufón con el cual reírse y un enano de quien reírse. Pero, como ya lo he hecho notar, en el noventa y nueve por ciento de los casos los bufones son gordos, redondeados y de movimientos torpes, por lo cual nuestro rey se congratulaba de tener en Hop-Frog (que así se llamaba su bufón) un triple tesoro en una sola persona.”

Autoevaluación

Lee el siguiente fragmento tomado de la obra, "Dragón", de Ray Bradbury, y responde las preguntas que se te plantean.

“La noche soplaba en el escaso pasto del páramo. No había ningún otro movimiento. Desde hacía años, en el casco del cielo, inmenso y tenebroso, no volaba ningún pájaro. Tiempo atrás, se habían desmoronado algunos pedruscos convirtiéndose en polvo. Ahora, sólo la noche temblaba en el alma de los dos hombres, encorvados en el desierto, junto a la hoguera solitaria; la oscuridad les latía calladamente en las venas, les golpeaba silenciosamente en las muñecas y en las sienes.

Las luces del fuego subían y bajaban por los rostros despavoridos y se volcaban en los ojos como jirones anaranjados. Cada uno de los hombres espiaba la respiración débil y fría y los parpadeos de lagarto del otro. Al fin, uno de ellos atizó el fuego con la espada”

1. ¿Crees que el texto que has leído sea ficción? ¿Por qué?

2. ¿El autor toma elementos del mundo real para crear su fantasía?

3. ¿En qué lugar real o imaginario ocurre la acción?

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