Construir argumentos en la vida real es muy útil; de hecho lo hacemos diariamente sin saberlo. Sin embargo, quizá no lo hacemos de una manera organizada y clara. Por tal motivo, es necesario utilizar una metodología como la que sigue:
Paso 1. Elegir un tema. Para hacerlo se busca un concepto, por ejemplo: La educación en México. La evaluación formativa. El maíz transgénico, etc.
Paso 2. Plantear un problema sobre el tema. El planteamiento se hace mediante una pregunta que espere una opinión como respuesta.
Paso 3. Se plantea la tesis (o conclusión) que se quiere defender, es decir, se escribe la respuesta a la pregunta según sea la postura personal. Se debe vigilar que sea una afirmación clara, directa, creíble, pertinente y defendible.
Paso 4. Se aportan las razones (o premisas) que apoyan a favor de la hipótesis o tesis. Las razones también deben ser verdaderas, pertinentes, suficientes y claras.
Paso 5. Se elabora el argumento completo. Se eligen las mejores razones que apoyen a la tesis o conclusión y se escriben de manera clara y coherente. Después se agrega la conclusión precedida por el símbolo o por la frase “por lo tanto”.