Decimos que un argumento es sólido cuando cumple con los siguientes criterios:
Premisas verdaderas + premisas relevantes + premisas suficientes = argumento sólido
El argumento sólido
Primera propiedad
La verdad es una propiedad que se le atribuye a las proposiciones (premisas y conclusión) y tiene que ver con el contenido de las mismas. Depende de que lo expresado en ellas corresponda en algo a la realidad. Esta propiedad juega un papel fundamental para evaluar un argumento pues la verdad o falsedad de la conclusión depende de la verdad o falsedad de las premisas. De esta forma, si una premisa es falsa debilitará la verdad de la conclusión.
Segunda propiedad
La segunda propiedad que se requiere para que un argumento sea calificado como bueno es la relevancia de las premisas para aceptar la conclusión. Esta propiedad básicamente consiste en que las premisas ofrezcan evidencia pertinente para apoyar la verdad de la conclusión.
Tercera propiedad
La tercera propiedad que se necesita para aceptar la conclusión es la suficiencia. Consiste en que las premisas ofrezcan el apoyo necesario y no menos para que la conclusión sea razonable. Este apoyo puede medirse en grados, es decir, puede no haber ninguno (nulo), o ser muy poco (débil). También puede ser mucho más grande (fuerte) o deductivamente válido (contundente).
Autoevaluación
Arrastra la palabra que haga falta hasta el espacio correspondiente en el siguiente párrafo:
contundenteconclusiónsólidoverdadrelevantessuficientesrealidad
Para tener la seguridad de tener un argumento _______________ es necesario vigilar que el contenido de las proposiciones tenga que ver con la _______________. Con esto se logra que la _______________ de las premisas refuerce a la _______________. Además de lo anterior, las premisas de un argumento deben ser _______________ y _______________. Es decir, deben ser pertinentes y relacionarse claramente con el tema a tratar; además, deben aportar información que le dé fuerza a la conclusión de manera _______________.