Aliteración

La aliteración es un recurso literario basado en la repetición de sonidos específicos con el fin de producir un efecto particular.

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Aliteración

La aliteración es un recurso literario basado en la repetición de sonidos específicos, en palabras cercanas, con el fin de producir un efecto particular. El Diccionario de la real academia española agrega que esta repetición se realiza con fines expresivos.

No debemos confundir la aliteración con la onomatopeya. La primera logra, mediante la repetición de un sonido, evocar una imagen, emoción, sensación o sentimiento. La onomatopeya intenta reproducir, en palabras, un sonido específico como el maullido de un gato (miau) o el caer de un objeto (pum).

Un bello ejemplo de aliteración se encuentra en los versos marcados en color rojo:

En los pinares del Júcar

vi bailar a unas serranas,

al son del agua en las piedras

y al son del viento en las ramas...

Luis de Góngora

Retrato de Góngora (1630) [Grabado de Jean de Courbes (grabado)]
Estampa a buril. Biblioteca Nacional de España.

Si lees en voz alta estos dos versos, notarás que la lengua realiza movimientos que evocan el chapoteo del agua en las piedras y el susurro de aire entre las ramas.

Otro ejemplo de aliteración que recuerda elementos naturales es el que encontramos al inicio del relato poético de una batalla: “La victoria de Junín. Canto a Bolívar”, de José Joaquín Olmedo:

Batalla de Junín. Óleo de Martín Tovar y Tovar. Wikimedia Commons

El trueno horrendo que en fragor revienta y sordo retumbando se dilata.

Aquí podemos escuchar, al tiempo que leemos este verso, el sonido del trueno a partir de la repetición del sonido “r” o “rr”.

Finalmente veamos el famoso verso de Rubén Darío:

¡Amoroso pájaro que trinos exhala

Bajo el ala a veces ocultando el pico;

Que desdenes rudos lanza bajo el ala,

Bajo el ala aleve del leve abanico!

El último verso, con la repetición de la letra “l” nos hace sentir el “aleteo” de un femenino abanico que además de “leve” es “aleve”, es decir, alevoso. Así que la mujer a la que se refiere este poema, resulta valerse de su belleza para lanzar desaires protegida por el aleteo de su ligero abanico.

Mujer con abanico sentada en un diván, E. Lamy [alrededor de 1860]
E. Lamy (French, active 1860s - 1870s). Cortesía de J. Weston y Mary M. Naef. Programa de contenido abierto del Museo J.Paul Getty

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Autoevaluación

Relaciona las sensaciones de abajo con el verso que le corresponda de acuerdo a la evocación que produzca:

suave vuelo de insectotartamudeoenjambrearma que atraviesa telasilbido de un animal
VersoSensación

“en el silencio sólo se escuchaba

un susurro de abejas que sonaba”

Garcilaso de la Vega

“Sensemayá, la culebra, sensemayá.

Sensemayá, con sus ojos, sensemayá”.

Nicolás Guillén

“un no sé qué que quedan balbuciendo”

San Juan de la Cruz

“Como un pedazo de seda rasgado por diez cuchillos”

“la libélula vaga de una vaga ilusión”

Rubén Darío

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